lunes, 28 de enero de 2013


La carta puebla de Benidorm de 1666 (3ª parte)

Otorgada por Beatriu Fajardo de Mendoza, creadora del Riego Mayor del Alfaz,  y un personaje clave en la historia de Benidorm




5.   La carta puebla de  Benidorm  de  1666

El 8 de abril de 1666 Beatriu Fajardo de Mendoza firmaba ante notario un documento que otorgaba a un grupo de personas la facultad de repoblar la villa de Benidorm y de organizarla como municipio autónomo con un gobierno municipal. Firmar este tipo de documentos era una práctica usual en el antiguo reino de Valencia. Su origen se remontaba a la Edad Media y trataba de poner por escrito las condiciones bajo las que se establecían los pobladores en un territorio sometido a jurisdicción señorial.

A pesar de la opinión en contra de algunas personas, pensamos que este documento de 1666, por su estructura y finalidad puede considerarse como una verdadera Carta Puebla. Es cierto que antes de 1666 había en Benidorm una población escasa, pero a partir de ese año se instalaron nuevos pobladores. E incluso los antiguos pobladores hubieron de cambiar las condiciones de su asentamiento porque parte de sus tierras se habían transformado en regadío y eran más rentables. Se repartieron casas y nuevas tierras, se fijaron los derechos y las obligaciones del señor y de los agricultores y se organizó Benidorm como municipio independiente creando las instituciones necesarias: consejo municipal, justicia, jurados, etc. También se organizó la vida económica regulando el uso del Reg Major, el comercio y los monopolios señoriales. Son estos aspectos los que regulan las Cartas Pueblas del Reino de Valencia.

Un error frecuente es considerar que las cartas pueblas se otorgaban sólo cuando se creaba físicamente una localidad o cuando se repoblaba totalmente. Estas circunstancias no se cumplen en ninguna de las dos Cartas de Benidorm que conocemos. La Carta de 1325 no supuso la creación física de Benidorm, que ya existía como mínimo desde 1321, sino su creación jurídica como municipio. La Carta de 1666 tampoco creaba una población, porque anteriormente vivían unas 10 familias. Lo que sí se crea es el municipio y su organización municipal, de acuerdo con los Fueros de Valencia.

En el Benidorm de 1666 la creación de Reg Major había revalorizado las antiguas tierras de secano y Beatriu Fajardo trataba de cobrar nuevos censos y rentas a los antiguos propietarios. Como también habían acudido nuevos pobladores, trataba de regular las condiciones de su establecimiento en Benidorm. Las condiciones, recogidas en 32 apartados, regulaban aspectos muy diversos: gobierno municipal, recepción de tierras y casas, obligaciones pecuniarias, obligación de residencia, etc. La finalidad económica resulta evidente y está en la base de la Carta de 1666, pero no era la única.

Si la Carta de 1666 hubiera tenido una finalidad exclusivamente económica y tratara sólo de mejorar las rentas de Beatriu Fajardo, no habría sido necesario repoblar la villa de Benidorm. La mayor parte de las nuevas tierras de regadío estaban situadas en el norte de Benidorm, en la partida que entonces se denominaba l’Alfàs de Benidorm. Estaban próximas a la actual población de l’Alfàs del Pi y desde un punto de vista económico habría sido más rentable crear allí un núcleo de población.

Pero Benidorm tenía dos ventajas muy importantes en una época de peligro de incursiones de corsarios.
-       En primer lugar estaba situado en el centro de una bahía y desde ese punto se podían controlar con facilidad las calas de la Serra Gelada y la Isla de Benidorm, dos escondites tradicionales de los corsarios musulmanes que desde Argelia atacaban las costas de la Marina Baixa.
-       La segunda ventaja era su emplazamiento defensivo sobre lo alto del promontorio de Canfali, con tres de sus cuatro lados prácticamente inaccesibles por tierra y por mar. Esta ventaja se reforzaba por la existencia del castillo y las murallas de la villa, de origen medieval. Estaban en mal estado, especialmente las murallas, pero su reparación no era excesivamente cara.

Por tanto, la defensa del territorio fue otro elemento que contribuyó a la repoblación de Benidorm. Sus habitantes estarían obligados a tener su residencia dentro de las murallas del nuevo municipio por esta causa y la Carta Puebla lo indica claramente:  “por cuanto la presente villa de Benidorm esta derruida y para su custodia necesita de pobladores, la muy noble Señora determina, que haya en ella cierto y determinado numero de pobladores con obligacion de residir.”

Esta Carta Puebla contiene un conjunto de normas por las cuales se rigió la villa de Benidorm mientras estuvo sometida al régimen señorial, que provenía de la Edad Media y que finalizó en el siglo XIX. Pero algunos aspectos importantes habían cambiado antes, a principios del siglo XVIII, cuando Felipe V abolió los Fueros de Valencia. Su supresión implicó cambios importantes en el gobierno municipal que había organizado la Carta Puebla de 1666.

De todas formas la trascendencia de este documento va mucho más allá del final de los Fueros y del Régimen Señorial. Durante los siglos XVI y XVII Benidorm había visto disminuir su población de forma considerable, había desaparecido como municipio en una fecha que todavía no conocemos con precisión y había quedado anexionado a Polop. La Carta Puebla le devolvía la condición de municipio independiente con la categoría jurídica de villa y capacidad de autogobierno, aunque con las limitaciones propias del Régimen Señorial. Y cuando éste fue abolido, Benidorm, constituido como entidad jurídica y económica autosuficiente, pudo adaptarse a dichos cambios.

Gracias a la consolidación de una infraestructura agraria y a su organización como entidad municipal, Benidorm inició un camino que le ha conducido hasta el momento presente. Eso no hubiera sido posible sin dos de las iniciativas tomadas por Beatriu Fajardo: agricultura de regadío y Carta Puebla. Fueron los elementos decisivos que posibilitaron el desarrollo autónomo de Benidorm y conformaron su actividad política y económica posterior.

Conocemos la Carta Puebla de Benidorm de 1666 gracias a un documento que se conserva en el Archivo Municipal de Benidorm. Según Pere Maria Orts fue entregada al citado organismo por la familia Ballester, que durante generaciones anteriores había ocupado cargos de la administración local de la zona.

No se trata del original valenciano del siglo XVII sino de una traducción castellana que ocupa cinco folios escritos a mano por el anverso y el reverso. Dicha traducción puede ser de finales del siglo XVIII o de principios del XIX, por lo que su ortografía presenta variaciones respecto a la actual.
Hay algunos pequeños errores de transcripción como por ejemplo el nombre de uno de los pobladores que se transcribe Asís Llorca cuando en realidad se trata de Narcís Llorca (en los documentos del siglo XVII se escribe Arcis Llorca). Uno de los testigos que firma la Carta se transcribe como Miguel Baldó Ferrer pero como en el siglo XVII sólo tenían dos apellidos los nobles es muy probable que el segundo apellido sea en realidad la indicación de la profesión, cosa también muy habitual en la época. Hay también una palabra que el traductor no pudo leer y que la sustituyó por seis rayas, probablemente una por cada letra.
Pero a pesar de eso, la copia conservada de la Carta Puebla, a falta del original, constituye un documento muy interesante que aporta información útil para conocer este período tan decisivo en la historia de Benidorm y hasta ahora poco conocido.




6. Contenido de la carta

a) Elementos iniciales.
El documento comienza con el siguiente encabezamiento: “Nuebo gobierno y establecimiento para la villa de Benidorm, antiguos y nuevos pobladores”. El inicio propiamente dicho está constituido por dos elementos típicos de las cartas pueblas valencianas: primero una invocación a la divinidad y después la fórmula jurídica “sàpiguen tots” traducida en la carta como “sea notorio a todos” que indicaba el carácter público del documento.

A continuación en las cartas pueblas se indican el nombre, honores y dignidades de los otorgantes de la carta. En este caso se especifica que la otorgante es Beatriu Fajardo de Mendoza “Sra. de las villas de Montealegre, Albudeite, Ceuti, La Ñora y La Raya y de las Baronias de Polop, Benidorm, Chirles y La Nucia”. En el antiguo Reino de Valencia es poco frecuente encontrar cartas pueblas otorgadas por mujeres. En el caso de los nobles, sólo lo podían hacer si eran viudas con hijos menores de edad como por ejemplo Laura de Cervelló en Orpesa y Violant Casalduch en Benicàssim.

Después se suelen explicar las causas de la repoblación que en este caso son revitalizar un dominio señorial poco rentable y defender la zona de los ataques de los corsarios berberiscos. La carta pone de manifiesto la despoblación que hasta ese momento había en Benidorm por la pobreza de las tierras de secano y la indefensión que originaba.


b) Condiciones del establecimiento.
Ante la llegada de nuevos pobladores se necesita regular las condiciones de su asentamiento y ponerlas por escrito. Este apartado consta de 32 cláusulas, o capitulaciones, que constituyen el núcleo esencial de la Carta y ocupan la mayor parte de ella, desde el reverso del folio 1 hasta el anverso del 5. Estas capitulaciones incluyen unas condiciones económicas que tienen como objetivo fundamental organizar la vida del señorío para asegurar unas rentas a Beatriu Fajardo y a sus sucesores.

Organización del gobierno municipal.
Las seis primeras capitulaciones y la 26 regulan la vida municipal y el nombramiento de los cargos de justicia, jurados, consejeros, etc., que le correspondían por su categoría jurídica de villa. Se trata de unas competencias delegadas por la señora, porque se trataba de un señorío de jurisdicción señorial, no de una villa de jurisdicción real como la Vila Joiosa.

1a. Los cargos municipales serán ocupados indistintamente por los antiguos y los nuevos pobladores, sin diferencia alguna.

2a. La señora y sus sucesores nombrarán cada año los cargos siguientes:
·        Un Justicia Mayor, con competencias judiciales. Probablemente tendría jurisdicción civil plena y criminal alta y baja tal como Felipe IV había otorgado a Beatriu Fajardo en 1654. La jurisdicción criminal alta implicaba que podía aplicar la pena de muerte, penas de más de 100 azotes y mutilación de miembros. La jurisdicción criminal baja implicaba poder aplicar penas inferiores: prisión, multas, composiciones, etc. Para los casos de ausencia o enfermedad del justicia, podía nombrar un substituto que tendría todas sus competencias.
·        Dos jurados, cargos que equivaldrían a los actuales concejales y que formaban parte del consejo municipal. Actuaban de manera colegiada y su jurisdicción se limitaba a dos aspectos: los impuestos municipales, fundamentalmente la sisa, y el aprovechamiento de los bienes comunales y de los baldíos o tierras donde podían pastar los rebaños de todos los vecinos.
·        Un almotacén, encargado del mercado interior de la villa, muy controlado. Se encargaba de contrastar las pesas y medidas, comprobar la buena calidad de los alimentos y vigilar los precios de los productos.
·        Un clavario, encargado de la administración de las finanzas municipales, de los ingresos y de los pagos.
·        Un sobreacequiero, encargado de vigilar el riego y hacer cumplir sus normas. En la Carta Puebla no se indican sus funciones pero en el Reglamento del Reg Major de 1847 sí que se indican algunas, especificando que siempre se había hecho de esa manera: “Art. 13. El cuidado de la distribución de las aguas, el de abrir y cerrar las compuertas y portillos de la acequia principal y de sus brazales, estaràn á cargo de un sobrecequiero y tres acequieros, nombrados y pagados por el dueño de dichas baronías ó por su representante, como se ha practicado y se practica, sujetándose para dicha distribucion precisamente a la lista ó nómina de los regantes.”
·      Los consejeros, que juntamente con los cargos indicados anteriormente formaban parte del Consejo Municipal. Su número era variable y en 1666 era de 14 vecinos. El Consejo era el órgano de gobierno más importante a escala municipal. Era diferente del Consejo General en el que se reunían todos los vecinos.

3a. Para nombrar los cargos municipales del año siguiente, los cargos del presente año propondrán personas “honradas y beneméritas” para que la señora pueda elegirlos entre ellas. Se propondrán 3 personas para cada cargo unipersonal (justicia, almotacén y sobreacequiero) y 6 personas para elegir los dos jurados.

4a. Los cargos municipales jurarán ante el procurador y el baile de la señora. El calendario para jurar sus cargos sería el siguiente:
·      Día de Navidad: el justicia.
·      Día de San Miguel de septiembre: almotacén y sobreacequiero.
·      Día de Pentecostés: los jurados.

5a. En cuanto al Consejo Municipal, el primer año los 14 consejeros estarán nombrados por la señora. Posteriormente se nombrarán por los jurados el día de Pentecostés, pero la señora habrá de aprobar dicho nombramiento.

6a. La señora y sus sucesores tendrán facultad para añadir nuevas cláusulas y variar las penas y sisas “como Señora, y que tiene Suprema Jurisdicción”.

26a. Como Polop y Benidorm están sometidos a la misma jurisdicción señorial los oficiales de ambos municipios podrán actuar en ellos si es preciso. Por ejemplo los justicias de Polop y Benidorm podrán “entrar respectivamente en una y otra baronia con su varas, y egercer jurisdiccion à efecto de prender à cualquiera delincuente”. Era un hecho poco usual porque normalmente los justicias sólo tenían jurisdicción en sus villas y se oponían a cualquier injerencia de otra autoridad dentro de su esfera de competencias.

Todas estas instituciones municipales son las típicas de la época Foral y databan de la Edad Media. Fueron abolidas por el Real Decreto de 29 de junio de 1707, más conocido como Decreto de Nueva Planta, que al eliminar los Fueros de Valencia transformó los municipios. Por tanto Benidorm se rigió por este sistema sólo durante 48 años. Como consecuencia de la reforma borbónica desapareció el Consejo como órgano de deliberación y se implantó el modelo castellano de municipio con alcaldes ordinarios, regidores nombrados por los oficiales del rey y a veces con corregidores.
El municipio perdió una buena parte de su autonomía y se convirtió  en un organismo burocrático sin competencias en la organización de aspectos de carácter social o económico. Sólo el abasto y la administración de propios y rentas quedaron como funciones municipales, pero estaban bajo la tutela del corregidor, la Audiencia, el intendente, etc. La capacidad de gestión del alcalde ordinario del municipio estaba limitada y supeditada a la autoridad del corregidor y de su alcalde mayor.


Entrega de casas y tierras.
Desde la capitulación 7 hasta la 14, y en la 30, se regulan el reparto de casas y tierras, la obligación de residencia en Benidorm y se fija en 40 el número mínimo de familias que habrán de vivir dentro de las murallas la villa.

7a. En cuanto al reparto de solares, casas, huertos y de la “tierra campa cultivada o por cultivar”, la señora se reserva el número de tahúllas de tierra que dará a cada uno. Si se da más a unos que a otros no se podrá reclamar.

8a. Los antiguos pobladores que poseían tierras antes del nuevo establecimiento, se habrán de contentar con el derecho al agua que les otorgue la señora: “para una heredad mas ó menos; y con ella habran de darse por contentos, sin que puedan pedir mas, ni servirse de dicha acequia para las demas tierras, y si solamente para las determinadas.”

9a. Si los antiguos pobladores poseyeren tierras de secano “y no mostrasen los titulos con que verificar su establecimiento habrán de renunciar a sus derechos en favor de la señora. Ésta se compromete a establecerles tierra de calidad semejante que buenamente puedan labrar, con el derecho del agua y nuebo riego”.

10a. Como contrapartida por las casas y tierras recibidas en Benidorm, los pobladores estarán obligados a residir en él. Si abandonan sin permiso la residencia en este municipio, la señora les requisará las tierras.

11a. Se establece que habrá un mínimo de familias con la obligación de residir de manera permanente dentro del recinto amurallado de Benidorm a cambio de las tierras y casas recibidas. Como la mayoría de los nuevos pobladores provenían, probablemente, de los municipios vecinos, se establece que éstos no podrán residir en ellos mientras no se alcance dicho número de familias residiendo permanentemente en Benidorm. La norma se aplicará tanto a los nuevos pobladores como a los antiguos. La finalidad de esta disposición es mantener un mínimo de habitantes que aseguren la defensa de la villa.

12a. Se fija en cuarenta el número mínimo de casas habitadas de forma permanente en Benidorm. Los pobladores habrán de edificar su casa en el plazo establecido porque si no lo hacen se les confiscarán casa y tierras. En la Carta no se indica cual es el plazo.

13a. Para el reparto de tierras se seguirá el mismo procedimiento que en Polop. Los lotes de tierra tendrán como base la “heredad” que equivaldrá a 12 jornales o 60 tahúllas (80,5 hanegadas o 67.080 m2). Habrá, además, medias heredades y tercios de heredad. Una heredad era una superficie de tierra adecuada ya que una familia de 3 personas necesitaba 8 hanegadas de buena tierra para producir el trigo necesario para su alimentación y para atender les cargas feudales que gravaban la tierra.

14a. Los pobladores que a partir de este momento se establezcan en l’Alfàs de Benidorm, donde se concentraba la mayor parte de las tierras de regadío, tendrán que pagar los gastos de situar y señalar las parcelas. Se refiere a la partida de l’Alfàs de Benidorm (actuales partidas de l’Almafrà, Coves, Foia Manera, Sanç y otras) y no a la actual población de l’Alfàs del Pi.

30a. Pasado un mes los nuevos pobladores habrán de darse de baja en la antigua residencia e inscribirse en Benidorm “de lo que se hara un libro donde esten registrados los dichos afincamientos, y desavecinamientos”. Quien no cumpla esta norma perderá las tierras y el agua.

Uso del agua de riego.
Desde la capitulación 15 a la 17 y en la 20 y 21 se regula el uso del agua de riego.

15a. A cada heredad se le asigna 1 hilo de agua. Se entiende por hilo de agua toda la que corra por la acequia durante un período de 2 horas durante el turno que le corresponda.

16a. Al decir “toda el agua” se hace referencia a la que provine del Barranc del Salt de Polop además de la del Chorro que riega las huertas de Polop y La Nucia que desaguará en la nueva acequia “siempre que en dichas huertas no fuese menester.”

17a. El derecho a regar consistirá en recibir uno o dos brazales de agua durante un plazo de 15 días que es el tiempo de duración de cada tanda. “Si el riego se dividiera en dos dulas o brazales, han de regar doble agua.”

20a. Si hiciera falta más agua se añadirá la de Xirles, “la que buenamente hayan menester, a juicio de peritos”. Los sucesores de Beatriu Fajardo no pudieron cumplir esta promesa. El procurador Tomás Sanç inició en 1719 las obras de una acequia que aprovecharía las aguas del barranco de Xirles y pondría en regadío una zona a la que no llegaba el Reg Major: “Hay alla bajo, cerca de Benidorm, y mas abajo una partida nombrada el Salto del Agua, otra que se nombra la Foya de Jayme Orts, otra la partida de Rachadell, y otra que se nombra las Foyas anchas; de todas las cuales si se regasen seria grande el aumento de frutos que se sacarian.” Pero un pleito interpuesto por el marqués de Aitona, señor de Callosa, paralizó las obras que nunca se continuaron.

21a. Los propietarios de los nuevos regadíos se constituirán en una comunidad de regantes si se sobrepasa el número de 150 heredades. La comunidad será propietaria de la acequia: “se entregarà la acequia madre y nuebo riego à la Universidad de los regantes, que tengan tierras y aguas.” Dicha comunidad de regantes correrá con los gastos de mantenimiento y reparación de la acequia hasta a 40 libras. Todo gasto por encima de esa cifra será pagado por la señora. El posterior incumplimiento de esta norma por parte de los sucesivos señores de Benidorm originó pleitos y problemas a lo largo de todo el siglo XVIII.


Derechos señoriales.
Las capitulaciones 18, 19, 23, 27 y 31 regulan todos los pagos que habrán de efectuar los pobladores y las penas en caso de impago.

18a. A partir del nuevo establecimiento los derechos señoriales que pagaban los vasallos por el secano, el pecho y el censo fundamentalmente, se cambiarán por los derechos de regadío, más elevados.

19a. Los nuevos pobladores habrán de hacer unas inversiones iniciales fuertes para poner en funcionamiento sus explotaciones agrarias. Por esta causa era usual que en los primeros años hubiera unas medidas de ayuda. En la Carta Puebla de Benidorm los primeros años tienen una franquicia de 4 libras por heredad en el impuesto del pecho o peita  que se distribuía de la manera siguiente:
* Las tierras que ya estaban trabajadas pagarían sólo 3 libras y 5 sueldos por heredad durante los primeros 5 años.
* Las tierras yermas no pagarían nada el primer año y los 5 años siguientes pagarían también 3 libras y 5 sueldos por heredad.
* Pasados los 5 o 6 años de franquicia, según los casos, unos expertos valorarían las tierras y determinarían lo que se habría de pagar.
* Los vasallos de Benidorm pagarán, además del citado pecho, un censo de 3 dineros y medio por libra del valor de las tierras, tal como se había hecho en Polop.

23a. Si no se pagan los pechos y censos establecidos en esta Carta se iniciará un proceso judicial contra los morosos que implicará el desahucio de sus bienes.

27a. Además de los pagos en metálico antes citados, hay un pago en especie, típico del mundo feudal: el diezmo. Se trataba de pagar una décima parte de la cosecha de determinados productos. Originariamente era para la iglesia, pero más tarde pasó a los señores en algunos casos. En la Carta Puebla de Benidorm no se indica quien cobraría el diezmo de la tierra, pero en otro documento se dice que es la parroquia quien lo cobra. Los señores de Benidorm cobraban el tercio diezmo de los cereales y también el diezmo del pescado de la Isla.

31a. Además de los impuestos que había que pagar al señor y a la iglesia, también el municipio imponía sus cargas destinadas a hacer frente a los gastos originados por el funcionamiento de las instituciones municipales. El impuesto municipal más usual era la sisa que consistía en quitar una parte del producto vendido pero cobrar el precio del total. La villa necesitaba autorización de la señora para imponerlas y la consigue mediante esta Carta Puebla.


Comercio interior.
Las capitulaciones 28 y 29 regulan el comercio interno de la villa, totalmente controlado para evitar cualquier competencia a las regalías señoriales: taberna, panadería, carnicería, etc. Sólo las personas que habían alquilado ese derecho al señor podían vender al por menor. Se trataba fundamentalmente de la venta de pan, vino, aceite y carne. Además de la venta al por menor también eran regalías, es decir negocios que sólo podía crear el señor para alquilarlos posteriormente, las siguientes actividades: alojar a los transeúntes en el hostal, moler el trigo en el molino señorial, moler las aceitunas en la almazara, cocer el pan en el horno, etc. Los vecinos de la villa estaban obligados a utilizar esas regalías y no se podían crear otras, por lo cual no había competencia. El 1762 hay un intento de crear tiendas libres que fracasa porque el marqués de Albudeite, en nombre de la señora de Benidorm, pone un pleito y lo gana.

28a. “La venta del pan y vino y otras cosas al por menor han de corresponder a la persona o personas que la dicha muy noble Señora [designe], así como la  ------ tienda, taberna, posada, molinos, almazaras, y cualquier otra vendiduria al menudo, corresponden a la dicha Señora”. Las seis rayas no sabemos con certeza a que palabra sustituyen. Podría tratarse de la fleca o tienda donde se vendía el pan, diferente del horno donde se cocía el pan amasado por los vecinos. En valenciano antiguo se escribía flequa.

29a. Para paliar la escasez de cereales, un problema perpetuo del antiguo reino de Valencia, la señora se reserva el derecho a prohibir la exportación de granos y otros frutos. Se trataba de evitar que la villa se quedara desabastecida, dado que la mayor parte de los disturbios y movimientos antiseñoriales tenían lugar en momentos de escasez de trigo y por tanto de hambre. Los meses anteriores a la cosecha, abril y mayo, eran los más críticos. La expresión popular valenciana taula de maig, para designar una mesa escasa de alimentos, se basa en este hecho.

24a. Los pobladores no podrán “enagenar, ni traspasar en manera alguna, sin licencia de la señora, como es debido, ni la tierra sin el agua, ni el agua sin la tierra”. La prohibición de vender la tierra sin autorización señorial era frecuente en toda Europa porque había que pagar un impuesto señorial sobre su transmisión, el laudemio. En cambio la venta del derecho del agua, separada de la tierra, es un rasgo específico de les comarcas del sur del reino de Valencia. En la ciudad de Alicante el agua se convirtió en un producto de una enorme especulación. En Benidorm, a pesar de esta disposición, se separaron posteriormente el derecho a la venta del agua de la posesión de la tierra.


Otras disposiciones:
25a. En el Antiguo Régimen la ganadería, tanto de animales de carne como de trabajo, era un complemento imprescindible de la vida agrícola. La Carta Puebla regula también este aspecto y dispone que los pastos de Benidorm y Polop en les montañas sean comunes, así como el derecho de recoger esparto y leña. Esta norma se aplica sólo al ganado menor (ovejas, cabras, etc.) porque el ganado mayor tiene otra regulación: “la dehesa ó bobalar de Benidorm ha de ser distinta y separada de la dehesa ó bobalar de Polop; y el ganado de la baronia de Benidorm, no pueda entrar en la dehesa de Polop”. El ganado de Polop tampoco podrá entrar en la dehesa de Benidorm. La señora castigará a los infractores. 

32a. La villa tenía una capacidad de gobierno municipal limitada. La señora controlaba incluso sus finanzas por lo cual el municipio “ha de llevar cuenta y razon en un libro particular de entrada y salida de las ventas que tubieren [...] para que la dicha Señora ó sus Bailes y Procuradores generales revisen las cuentas cada un año.”
Los señores de Polop y Benidorm eran absentistas dado que tenían su residencia en la ciudad de Murcia; algunos de ellos no visitaron los señoríos de Polop y Benidorm ni tan sólo para tomar posesión de ellos. No podían ocuparse de los señoríos ni se consideraba ocupación digna de ellos administrarlos directamente. Esta misión recaía sobre los procuradores generales y los bailes o batlles.

22a. Para las situaciones no especificadas en estas capitulaciones se tendrá presente lo que se estableció para Polop, excepto las capitulaciones 4 y 11 en las cuales se autoriza a construir casas y corrales. Los habitantes de Benidorm viven cerca de sus heredades y no necesitan hacer casas en ellas.


C) Protocolos finales.
Después de las capitulaciones se hace una relación de los asistentes a la reunión del Consejo General donde se ha aprobado la Carta Puebla. Se trata de una lista interesante tanto por tratarse de la primera corporación municipal después de la restauración de la municipalidad como por los apellidos que aparecen.  Son: Jaume Llorca, justicia; Francesc Orts, jurado; Pere Vives, jurado. Narcís Llorca, Vicent Llorca, Estanislau Miquel, Joan Llorca, Joan Morales, Cristòfol Morales, Jaume Soler, Antoni Rodríguez, Joan Ballester, Miquel Fluixà, Pere López, Miquel Llorca, Pere Martínez, Pere Aragonés, Francesc Llorca, Miquel Llorca de Marcos, Gaspar Barber, Roc Sebastián, Joan Buforn, Jacint Zaragoza, miembros del consejo municipal.
De estas 23 personas sólo 4 coinciden con las que había en 1654: Francesc Orts, Narcís Llorca, Miquel Fluixà y Joan Buforn. Eso indica que los nuevos pobladores eran más numerosos que los antiguos.

La reunión se efectuó en la sala de la Casa de la Señoría porque el municipio no disponía aún de una Casa Consistorial. La Casa de la Señoría es la que los señores de Benidorm poseían en la villa, y aparece citada en la documentación del siglo XVI por el virrey Vespasiano Gonzaga y también se ve en el dibujo que envió a Felipe II. Es el lugar desde donde el baile o batlle tenía la sede de la administración del señorío, aunque ocasionalmente también era lugar de reunión del consejo municipal hasta que el municipio adquirió su Casa Consistorial en el siglo XVIII.

A continuación se recoge un acto que tenía su origen en la Edad Media: el homenaje. Era un reconocimiento de la relación feudal de señora y vasallos que se establecía entre Beatriu Fajardo y los nuevos habitantes de Benidorm. Aunque las fórmulas jurídicas quieren indicar una relación equilibrada de derechos y deberes, la realidad era que una parte, la señorial, tenía pocos deberes y muchos derechos; la otra parte, por el contrario, tenía muchas obligaciones y pocos derechos. Este desequilibrio originó unas relaciones señores-campesinos bastante conflictivas a finales del siglo XVII y especialmente a lo largo del siglo XVIII.

Los asistentes juraron “por nuestro Señor Dios, y por la señal de la Cruz y por los santos cuatro evangelios” cumplir fielmente todo lo acordado. Aceptaron las capitulaciones anteriores y se comprometieron a observarlas. Además aceptaron como señora a Beatriu Fajardo y a sus sucesores “rindiendole las devidas gracias por quererles admitir por sus vasallos, y prestaron sacramento y omenage, fidelidad y naturaleza, que como buenos y leales vasallos estaban obligados a prestarle.”

De acuerdo con la tradición la señora los recibió por vasallos y juró que también guardaría los fueros y las capitulaciones anteriores.

El notario Joan Francesc Llinares certificó la veracidad de todo lo que anteriormente se ha expuesto.

Todo esto se hizo el 8 de abril de 1666 y fueron testigos Josep Llorca, de la Vila Joiosa y Miquel Baldó de Polop.



La carta puebla de Benidorm de 1666 (2ª parte)


Otorgada por Beatriu Fajardo de Mendoza, creadora del Riego Mayor del Alfaz, otorgante de la segunda carta puebla y un personaje clave en la historia de Benidorm




3El Reg Major de l’Alfàs y sus  consecuencias.

El señorío de Benidorm había sido durante la mayor parte del tiempo un dominio poco productivo a causa de la escasa rentabilidad de las tierras de secano en una zona de pocas precipitaciones. Para remediar la falta de lluvia no hay más alternativa que el regadío. Y eso es lo que hizo Beatriu Fajardo al impulsar la construcción de una acequia que primero se denominó Nou Reg y posteriormente Reg Major de l’Alfàs; popularmente también era conocida como La séquia mare. Desconocemos la fecha exacta del inicio de las obras, que según la Carta Puebla seria el año 1659. Su construcción había finalizado en abril de 1666 y cambió por completo la situación económica de Benidorm y la comarca porque sus tierras se volvieron rentables y atrajeron nuevos pobladores.

El Reg Major solucionó también el problema del agua potable. Según Pere Maria Orts “al hablar de carestía de agua en Benidorm hay que tener en cuenta que el problema más grave era el del agua para las necesidades de las casas, ya que la tenían que traer de Lliriet en cubas porque la de les norias para regar las huertas sólo servía para regar bancales. La primera cisterna que se hizo en el pueblo fue la del castillo, en el centro del patio de armas.” El agua del Reg Major se utilizó para llenar los aljibes domésticos en el mes de enero, aunque planteaba algunos problemas higiénicos, cosa muy frecuente entonces en las localidades pequeñas.

La construcción del Reg Major dio trabajo a muchos peones, dirigidos por el maestro arquitecto Francisco Serrano, originario de Alicante. Además de las lógicas dificultades técnicas surgieren dificultades jurídicas y las obras estuvieron paralizadas seis meses a causa de un pleito interpuesto por el señor de Callosa, que se sentía perjudicado porque las aguas del Reg Major no irían al río Guadalest y su caudal disminuiría al pasar por el término de Callosa. Pero Beatriu Fajardo ganó el pleito y la construcción de la acequia se pudo llevar a cabo.

Por escritura pública otorgada el primero de abril de 1666 en el castillo de Polop, Beatriu Fajardo fundó el que entonces se denominó Nou Reg con el que se pretendía poner en regadío unas 1.207 hectáreas.



El Reg Major tenía un trazado sinuoso porque debía adaptarse a las irregularidades del relieve y aprovechar su desnivel. El agua circulaba por gravedad descendiendo más de 200 metros de altitud entre Polop y Benidorm.

Según los documentos de 1668 la nueva acequia tenía una longitud de dos leguas y media y traía el agua desde el barranco de Polop, concretamente desde la Font del Salt, hasta l’Alfàs de Benidorm. No es fácil calcular la longitud exacta de una legua, que variaba según épocas y lugares. La documentación nos permite calcular una equivalencia de unos 6 Kms. por legua y por tanto la acequia debió tener una longitud aproximada de 15 Kms., dado que su trazado no era rectilíneo. Posteriormente se incrementó la longitud de la acequia prolongándola hasta el casco urbano de Benidorm. En los estatutos del año 1926, “Ordenanzas de la comunidad de regantes del Riego Mayor de Alfaz del Pi y Benidorm”, se especificaba que su longitud era de 18 kilómetros y 780 metros repartidos de la forma siguiente:

            - término de Polop                    300 m.
            - término de La Nucia            5.090 m.
            - término de l’Alfàs del Pi       6.300 m.
            - término de Benidorm           7.090 m.

Según el citado Reglamento de 1926 la acequia no consistía sólo en el canal principal que hemos comentado. Además comprendía 12 kilómetros y 150 metros de canales secundarios o braçals y otros 2 kilómetros y 450 metros de canales menores para llevar el agua hasta las diferentes propiedades.

La construcción de la nueva acequia no fue fácil a causa de las dificultades técnicas. Estas provenían de la orografía de la zona, que es muy accidentada e incrementó los gastos de la obra. Fue preciso atravesar colinas mediante galerías subterráneas. Según el Reglamento de 1926 había 24 galerías excavadas en la roca, con una longitud total de 900 metros. Además, para salvar barrancos y otras depresiones y mantener la altura precisa de la acequia, hubo que construir diez arcos de mampostería los cuales medían en conjunto 120 metros. En otros sectores, que ocupaban aproximadamente la mitad de la acequia, su cauce era de tierra y el agua se perdía por filtración. Posteriormente, entre 1668 y 1669 se solucionó este inconveniente cubriendo con mampostería el cauce y las paredes de la acequia con un gasto de 1.580 libras.

Las consecuencias de la construcción del Nou Reg fueron las siguientes:
a) Incremento de la producción agrícola,
b) incremento de les rentas señoriales,
c) incremento de la población
d) mejoras en las infraestructuras urbanas y agrícolas.

En cuanto al incremento de la producción agrícola parece claro que antes de construir la acequia las tierras de secano eran muy poco productivas pero al transformarse en regadío su valor creció notablemente. No se dice qué cultivos se introducen. Se habla de árboles sin indicar la especie, pero podemos pensar que se trataría de olivos porque las almazaras se citan en la carta puebla como regalía señorial y era un cultivo susceptible de admitir el riego. Se puede suponer que la mayor parte de la producción del regadío se dedicaría al autoconsumo: cereales y hortalizas fundamentalmente, además del citado olivo y de la morera que se cultivaba en los márgenes. Un documento de 1705 sobre el alquiler de las rentas de los señoríos hace referencia al trigo, la avena, la dacsa, legumbres, tabaco, algarrobas, pasas y vino. El texto demuestra que el regadío ha permitido introducir nuevos cultivos americanos como el tabaco. En cuanto la dacsa probablemente se hace referencia también al cereal venido de América, o sea al maíz, y no a la dacsa tradicional, que es el sorgo en castellano.

En cuanto a la rentabilidad económica del señorío, resulta evidente que Beatriu Fajardo hizo una excelente inversión por los beneficios económicos que le reportó a ella y a sus sucesores. Lo habitual era que los señores alquilasen a un particular el derecho a cobrar las rentas. Según Pedro Belenguer, que había sido procurador general de los señoríos, antes de construirse la acequia se obtenían unas 800 libras anuales de alquiler y en 1668, con la acequia ya acabada, los ingresos eran de 1.300 libras. Pero en un futuro próximo suponía que se cobrarían 2.000 e incluso 3.000 libras.
Se trataba de una suposición correcta porque no solamente aumentaría el número de pobladores, sino que también se incrementarían sus pagos. Según se había estipulado en la Carta Puebla, inicialmente los pobladores pagarían como censo 3 libras y 7 sueldos anuales, pero pasados los 5-6 años iniciales de franquicia, según la calidad de las tierras, cada heredad habría de pagar 4 libras más.
Por otro lado la señora cobraba por el derecho de regar unas 300 libras más cada año, y además se había edificado un molino harinero en Polop del que se obtenían otras 300 libras. O sea que el año 1668 los ingresos señoriales eran de unas 1.900 libras anuales frente a las 800-900 iniciales y las expectativas para el futuro eran muy favorables.

La inversión inicial de 6.000 libras y la posterior de 4.000 se podrían amortizar, por tanto, en pocos años y los acontecimientos posteriores así lo demostraron. En 1705 Tomás Sanç, administrador general de los señoríos, alquilaba las rentas a Juan Belenguer, de Callosa d’en Sarrià, durante un período de cuatro años a razón de 2.800 libras cada año. Años más tarde Domingo Vives, sacerdote que había sido vicario de los señoríos, declaraba que su abuelo Juan Vives y su padre Juan Batista Vives habían sido arrendadores de los señoríos, que había visto los libros de cuentas y que sabía que antes de construir la acequia los señoríos se alquilaban en 800 pesos y después en 4.000 pesos.

El aumento de la producción agrícola tuvo como consecuencia el incremento de la población y en 1666 fue necesario regular la venida de nuevos pobladores. En febrero de 1668 se dice que en La Nucia y Benidorm se han edificado respectivamente 25 y 15 nuevas casas y se espera que el aumento de población continúe en el futuro: “i al present estan obrant més particulars que an anat alli a poblar i la señora de dites baronies los ha establit terres de la dita partida del Alfas regant de dita nova cequia i tambe en ha establit als vehins de dites baronies i a tots els demes nous pobladors”.
La palabra establir está indicando un nuevo pacto de población, que podía ser individual o colectivo. En este segundo caso se materializaba en una carta puebla, donde se ponían por escrito las condiciones particulares pactadas entre señor y vasallos de cada localidad (superficie de tierra recibida, casa, pago de derechos y censos, regalías, etc.) tal como se hizo en Benidorm el 8 de abril de 1666.

No podemos ofrecer cifras exactas de la población de Benidorm en esos años. La Carta Puebla dispone que 40 vecinos, o sea unos 180 habitantes, tengan su residencia dentro de las murallas para poder recibir tierras. Sólo cuando se sobrepase la citada cantidad podrán vivir los nuevos pobladores en otro municipio. Parece que en 1668 todavía no se habían alcanzado los 40 vecinos porque se habla de 15 casas nuevas, a las que habría que añadir las 10 de los antiguos pobladores.

Posteriormente, cuando creció la población, no todos los regantes del Reg Major residían en los señoríos de Beatriu Fajardo. A finales del siglo XVII había un importante grupo de agricultores de Altea propietarios de tierras de regadío en la partida de l’Alfàs de Benidorm, lo cual demuestra que ya se había alcanzado el mínimo de 40 vecinos que determinaba la Carta de 1666.

La zona se repobló con relativa rapidez. En la Carta Puebla no se indica el origen de los nuevos pobladores como se hace en muchas otras  Cartas del siglo XVII, aunque que Pere Maria Orts supone, basándose en los apellidos, que la mayor parte serían personas de las localidades vecinas, especialmente de la Vila Joiosa. En otros documentos sí que se indica el origen de algunas personas y así sabemos que había incluso pobladores de Murcia, cosa normal si se considera que era la tierra de los señores de Benidorm.

Un documento de 1689, referente al riego, ha permitido construir el siguiente cuadro de población de los señoríos de ese año. Las cifras aparecen redondeadas y en el caso de Benidorm parece que a la baja ya que un testigo habla de unos 70 vecinos y otro de más de 60 vezinos cabos de casa.


POBLACIÓN EN 1689


           VECINOS*
 Polop
150
 Benidorm

60
 Xirles

30
 La Nucia

70
 Altea (regantes del Reg Major)

30
    
* para convertir vecinos en habitantes, multiplicar por 4,5

En cuanto a la estructura de la población poco es lo que nos dice la documentación. Evidentemente los señores territoriales ocupaban la cúspide de la pirámide social y la base, muy ancha, estaría constituida por los vasallos sometidos a su jurisdicción. Había, además, un grupo de personas formado por administradores, obreros, arrendatarios de las regalías, etc., que no trabajaban la tierra pero desconocemos su número. No se citan elementos típicos de las clases medias como notarios, médicos, boticarios, etc.
Sí que aparece un grupo de agricultores de clase media, propietarios de más superficie de tierra, y resentidos contra el régimen señorial de los sucesores de Beatriu Fajardo. En 1687 había 6 personas encarceladas en Benidorm por actos de violencia social. Cuando posteriormente estalló la Segunda Germanía fueron estos agricultores más acomodados los dirigentes y principales protagonistas de la revuelta. En 1724 hay un caso de bandolerismo en Benidorm protagonizado por un miembro de una familia de agricultores acomodados, los Orts, con un acentuado carácter antiseñorial.

Gracias a la agricultura de regadío la población de Benidorm continuó creciendo a lo largo de los siglos posteriores. El cuadro siguiente nos muestra la evolución de la población hasta el año 1950, o sea durante la etapa en la que la agricultura era la actividad predominante en Benidorm. El menor número de habitantes de 1703 a 1713 se debe a ocultaciones para pagar menos impuestos, no a un descenso de la población.

FUENTE

HABITANTES

Décadas de Escolano
    72
Censo de 1646
    50
Recuento de regantes 1689
   270
Censo de 1703
   153
Censo Campoflorido de 1712-1713
   180
Censo 1730
   581
Censo Aranda de 1768
1.601
Censo Floridablanca de 1786
2.526
Diario de Valencia de 1793
2.772
Cavanilles 1793
2.700
Censo 1842 publicado por Madoz
4.502
Censo 1857
3.720
Censo 1860
3.618
Censo 1877
2.905
Censo 1887
3.181
Censo 1900
3.417
Censo 1910
3.498
Censo 1920
2.976
Censo 1930
3.113
Censo 1940
2.955
Censo 1950
2.726




Consecuencia del crecimiento de la población fue la necesidad de nuevas construcciones para mejorar las infraestructuras urbanas y agrícolas de las poblaciones de la Marina. En esta primera fase se trataba de poner remedio a las necesidades más perentorias: alojamiento, alimentación y defensa. Por eso las primeras obras que se realizan son las casas y la reparación de los elementos defensivos. En la Carta de 1666 se dice que hay cuarenta solares preparados dentro de las murallas de la villa. A continuación viene la construcción de la acequia, los molinos harineros, los hornos de pan, etc. También en esta primera fase se edifican hostales, lo cual muestra la presencia de gente de paso: comerciantes, obreros, personas en busca de trabajo, etc.

Según la documentación en 1668 las necesidades de los señoríos eran:
- Reparar la mitad de la acequia y recubrir su cauce con mampostería porque perdía agua por filtración en muchos sitios.
- Construir otro molino harinero en Polop, aprovechando la fuerza de caída del agua de riego.
- Construir un horno de pan en Benidorm a causa del aumento de población.
- Reparar las murallas de Benidorm, imprescindible por estar situado en la costa, para garantizar la seguridad de sus habitantes y de la comarca.
- Hacer dos puentes en Benidorm para los fosos de la fortaleza.
- Hacer un hostal en Benidorm.
- Hacer un horno de pan en La Nucia.
- Hacer un hostal en La Nucia.
- Hacer un horno de cal para las citadas obras, especialmente la acequia.

Excepto la acequia y las obras de defensa, el resto eran regalías, o sea, negocios que sólo el señor podía instalar y explotar por lo cual no tenían competencia posible: molinos, hornos, hostales, tabernas, almazaras, etc. La forma más usual de explotarlas era alquilarlas a un particular por un tiempo determinado.




4.  Los nuevos límites municipales de Benidorm.

El crecimiento de la población fue la causa de la aparición de nuevos municipios: Benidorm, La Nucia y l’Alfàs del Pi. El gran perjudicado de este proceso fue Polop, del cual se segregaron.
Benidorm fue segregado de Polop y convertido en municipio en 1325 por Bernat de Sarrià, pero posteriormente volvió a integrarse en Polop. Xirles y la Nucia, las antiguas morerías de Polop, siempre habían formado parte de su municipio. L’Alfàs del Pi no aparece en la documentación hasta el siglo XVIII porque anteriormente formaba parte del término de Polop.

El proceso de segregación de municipios se inició a partir de 1666 y comenzó por Benidorm. No tenemos constancia de que dicha segregación originara pleitos, aunque a través del pleito de La Nucia sabemos que Benidorm y Polop tuvieron discrepancias. La documentación sobre el contencioso entre Polop y La Nucia nos explica que se segregó en 1705 al obtener el 9 de julio el privilegio de villa. Un mes más tarde estalló la Guerra de Sucesión que paralizó el pleito, el cual se prosiguió en 1708. En 1721 se llegó a una concordia para compartir los cargos municipales, pero eso no supuso la paz, por cuanto no había acuerdo sobre los límites municipales. Además, Tomás Sanç, administrador de los señoríos, defendía la postura de Polop y quería que La Nucia y Benidorm pagaran los impuestos sobre los bienes inmuebles, los personales y los municipales en la citada localidad. Las disputas duraron hasta 1733.
En cuanto a l’Alfàs del Pi, su segregación se produjo en 1836. No hay que confundir esta localidad con la partida de l’Alfàs de Benidorm, denominada también l’Alfàs de Baix, mientras que L’Alfàs del Pi se denominaba anteriormente l’Alfàs de Polop.

Xirles es la única de las antiguas localidades de Polop que aún está incluida en su término municipal porque no ha tenido un crecimiento demográfico tan considerable como el resto de poblaciones del litoral.

Al quedar Benidorm constituido como municipio mediante la Carta Puebla de 1666 había que darle un término municipal y establecer sus límites. Dicho término ocupaba una superficie inferior a la que le había otorgado Bernat de Sarrià en la Edad Media, lo cual es un hecho muy frecuente en el reino de Valencia. Por ejemplo, el término municipal de la ciudad de Alicante en la Edad Media limitaba con el de la Vila Joiosa.

Los límites del Benidorm medieval aparecen descritos en la Carta Puebla de Bernat de Sarrià de 1325:  “... que los límites de su término linden con el de la Vila Joiosa, con el de nuestro castillo de Finestrat, y con la ladera del monte o elevación llamado del Puig de la Campana que vierte sus aguas al mar; y con los términos de Callosa, y de Albalat, hasta la vertiente de la montaña o sierra que está cerca de la pesquera de este último lugar, siguiendo la línea amojonada que llega hasta el mar; y, en dirección a Polop, hasta Carpeda y Montagut. [...] la alquería del Albir, la cual igualmente, queremos y mandamos que se construya y edifique dentro de los límites de la citada villa de Benidorm.

De acuerdo con este texto los límites que Bernat de Sarrià había otorgado a Benidorm llegaban por el este hasta la Vila Joiosa y Finestrat; por el norte con la vertiente del Puig Campana que da al mar; y por el oeste desde Polop llegaban hasta Montagut, pequeña elevación de unos 125 metros situada actualmente entre La Nucia y Altea, y continuaban hasta el mar, quedando la Serra Gelada y el Albir dentro del término municipal del Benidorm medieval.
Otros documentos indican que fue el mismo Bernat de Sarrià el que delimitó los términos entre la alquería de Albalat y el castillo de Polop, tal vez a causa de la segregación de la alquería de Albalat, y de la creación de la nueva población de Bellaguarda, la actual Altea. Se cita el Algepsar que actualmente está situado entre Callosa y la Nucia, por lo cual parece ser que una parte del actual término de La Nucia formaba parte del Benidorm medieval.

Poner esta información en un mapa resulta complicado por la imprecisión de la Carta Puebla. Algunos topónimos, como Carpeda, no se han podido identificar todavía. Parece claro que Benidorm, según dicho documento, limitaba con Callosa lo cual no es posible con los límites actuales.  Como en aquella época no existía el municipio de l’Alfàs del Pi,  se puede suponer que Benidorm ocupaba la mayor parte de su término actual, a lo cual habría que añadir una parte del de La Nucia y a través de esta última limitaría con Callosa.
Que el término de Benidorm incluía el Albir es cosa segura. También es seguro que la cala denominada actualmente Cala de Finestrat estaba en el término municipal de Benidorm, ya que hemos visto que según la Carta Puebla Benidorm limitaba también con la Vila Joiosa.
El mapa que se presenta a continuación no es exacto en todos sus detalles, pero confirma el hecho fundamental: que los límites del Benidorm medieval eran más extensos que los actuales.


El término municipal del Benidorm medieval era más grande que el actual e incluía el Albir, la totalidad de la Serra Gelada y la Cala de Morales o Cala de Finestrat.

Benidorm perdió el término municipal otorgado por Bernat de Sarrià cuando perdió su municipalidad y se integró en Polop. Por tanto era preciso que, al recuperar la categoría de municipio independiente, Beatriu Fajardo le otorgara un nuevo término municipal. Sus límites son básicamente los mismos que en la actualidad, con algunos matices que comentaremos posteriormente.
Para establecerlos Beatriu Fajardo hubo de llegar a acuerdos con los municipios vecinos. El acuerdo con Polop resultaba sencillo porque ambos señoríos tenían la misma señora. Pero con otros municipios sí que surgieron problemas que se tuvieron que resolver mediante negociaciones. Se trata de Finestrat, con el cual se firmó un acuerdo en 1677, y la Vila Joiosa con la cual se llegó a una concordia en 1717.

Conocemos el acuerdo con Finestrat gracias a un documento que forma parte del pleito que se entabló posteriormente entre Benidorm y la Vila Joiosa. Benidorm lo presentó como prueba de que la Cala de Finestrat estaba dentro de su término municipal.
Se trata de una copia que reproduce fielmente el original de la concordia, redactado en la ciudad de Alicante en 1677. En él se dice que intervienen por una parte Roderic Gaspar de Puigmarín y Fajardo, hijo primogénito de Beatriu Fajardo que actuaba en representación de su madre. Por la otra parte interviene Jacint Forner, señor del lugar de Benassau y barón de Finestrat.

Manifiestan que hay algunas diferencias entre ellos sobre los límites de los términos municipales y sus mojones por “haver lo temps borrat alguns de aquells. Se pretende resolver el tema para evitar enfrentamientos futuros: de estes diferencies y pretencions poden resultar y ordinàriament resulten molts litigis, odis, rincors”. Se eligió la vía amistosa y no la judicial para evitar los excesivos gastos que un proceso implicaba. Se acordó que cada señor nombrara expertos:  “persones ancianes i expertes de dites varonies per a que tornen a fitar i amollonar los dits termes”

Dichos expertos de ambos señoríos recorrieron los términos y posteriormente fueron convocados en Alicante por sus señores. En una reunión conjunta de señores y expertos se establecieron los siguientes acuerdos:
-       En la Serra del Llamp utilizar como mojón la marca del rayo en la roca: "el señal a on ferí lo llamp"; aquí se produciría la confluencia de los términos de Polop, Guadalest y Finestrat.
-       El límite continuaría por la Cova Fumada, por el paso que baja de la Cova de Noguet, pasaría por la cumbre de la Serra d’Ortuño y llegaría hasta el punto más alto de la Serra Cortina donde se pondría un mojón.
-      En la Serra Cortina los límites pasarían por la cumbre hasta la partida de "Les Bastides, en lo puesto per on se despenyà Geroni Devesa, a la part devés Polop", continuando por la Foieta de Joan Blasco que quedaría en la parte de Finestrat y de allí a la era de Felipe Martínez que quedaría dividida por la mitad.
-       Desde ese punto el límite continuaría loma abajo hasta llegar al mojón de la Vila Joiosa.
-    La Cala de Finestrat estaría dentro del término de Benidorm pero el señor de Finestrat y sus vecinos tendrían derecho a dejar en ella sus barcas de acuerdo con una antigua costumbre.

De estos acuerdos se levantó un acta notarial que es el documento que estamos comentando. Concluye con los habituales y complicados protocolos típicos de este período barroco, ocupando aproximadamente la tercera parte del documento sin añadir nada nuevo. Finaliza con las firmas de los testigos que son dos de los expertos de Benidorm y los dos expertos de Finestrat

Con la Vila Joiosa surgió un contencioso en 1717. El 22 de junio Tomás Sanç, procurador de la señora de Benidorm Josefa de Puigmarín y Fajardo, denunció ante la Real Audiencia de Valencia que el alcalde ordinario de la Vila Joiosa había mandado encarcelar y multar a Francisco Juan Llorca. Este labrador tenía una heredad en la Cala y, según el alcalde de la Vila Joiosa, había roturado sin permiso unas tierras yermas situadas al lado de las suyas. Tenían una superficie de un jornal y medio y, según dicho alcalde, estaban dentro del término municipal de su localidad. La señora de Polop y Benidorm negaba que la tierra en cuestión estuviera dentro de los límites de la Vila Joiosa y argumentaba que pertenecía a Benidorm: "Y sin embargo el Alcalde de Villajoyosa con pretexto de que dicho jornal y medio estaria en termino de Villajoyosa y que habria sacado sin licencia de esta villa le ha puesto preso y multado en veinte y cinco pesos".

Además se adjuntaba un plano indicando la ubicación de las tierras de Francisco Juan en el término de Benidorm. Se trata de un dibujo poco preciso desde un punto de vista técnico, pero resulta muy interesante como fuente de información histórica: están dibujadas las murallas de Benidorm y en la Torre de l’Aguiló se ve un haz de leña suspendido en el extremo de un largo palo que indicaba que no había peligro de piratas. 
Se aprecia muy bien cómo junto al Camino Real que va de Benidorm a la Vila Joiosa hay una colina que tiene en la cima un mojón. Desde él, el límite va en línea recta por el barranco “ó Rambla entre Benidorm y Villajoyosa” y llega hasta la heredad de Cristóbal Morales, dibujada como un rectángulo al norte del barranco. Dentro de ella está  dibujada también su torre como lo testifica la inscripción casa y torre del dicho Morales. La heredad de Morales está en línea recta con el entrante que representa la Cala y tiene un lado junto a la colina que separaba Benidorm de la Vila Joiosa, el cual a  su vez está en línea recta con la torre de l’Aguiló. Al norte de la heredad de Morales hay dibujado un trapecio con la base menor junto a sus tierras y un triángulo más pequeño que también limita con la propiedad de Morales. Estas figuras geométricas representan las propiedades de Francisco Juan Llorca que había sido encarcelado por el justicia de la Vila Joiosa. Según los documentos adjuntados “en la moxonera que està en el Camino Real que va de Benidorm a Villajoyosa feneze el término del lugar de Finestrat, circunvezino a dichas poblaciones”. El límite con la Vila Joiosa comenzaba en el Camino Real, seguía por medio del barranco y continuaba por la citada colina o  Tossalet donde avia mojon, hasta a la Punta de la torre de l’Aguiló, junto al mar, al sur de la Cala de Finestrat. Añadían que estas tierras siempre habían pagado el diezmo del pescado y de los frutos a la parroquia de Benidorm.

La Vila Joiosa, a su vez, afirmaba que la demarcación con Benidorm era una línea recta que iba desde el mojón que separaba Benidorm, Finestrat y la Vila Joiosa, un poco más arriba del Camino Real, hasta al Tossal de la Cala, por lo cual tanto la heredad de Cristòfol Morales, vecino de la Vila Joiosa, como la Cala de Finestrat estarían dentro de su término municipal. También la Vila Joiosa presentaba otro plano indicando la situación de las tierras en cuestión. Es menos artístico que el de Benidorm, pero más preciso en la delimitación de las parcelas. Según ese, plano el límite iba en línea recta desde la Serra Cortina hasta al Tossal de la Cala, de manera que la Cala quedaba en el término de la Vila Joiosa, así como las heredades de Morales (torre, casa, corral, balsa de riego, etc.) que había pagado a la Vila Joiosa el diezmo y el pecho. El barranco, que según Benidorm marcaba el límite, queda también en dicho plano en el término de la Vila Joiosa. Las tierras de Francisco Juan Llorca aparecen en el término de Benidorm, pero el campo motivo del pleito, que está entre las tierras de Francisco Juan, las de Cristóbal y al lado del Tossal de la Cala, sí que están en su término.

El pleito se alargaba y los gastos se incrementaban. La Real Audiencia de Valencia pedía 180 libras y 14 sueldos en concepto de gastos de los trece días de desplazamiento hasta la ciudad de Alicante para escuchar las declaraciones de los testigos. Además la Audiencia quería hacer una vista de ojos para verificar cuál de los dos planos era el correcto, lo que implicaba nuevos desplazamientos y gastos para las dos poblaciones. Para evitarlos se llegó a una concordia que se firmaría seis años más tarde en Alicante el 3 de noviembre de 1723. Ambas partes renunciaban a alguna de sus pretensiones y conservaban otras.

Los acuerdos firmados entre Tomás Sanç, en nombre de la condesa de Montealegre, y las autoridades municipales de la Vila Joiosa fueron los siguientes:
- Los límites entre Benidorm y la Vila Joiosa comenzarían desde el mojón que está junto al Camino Real que unía ambas poblaciones, una piedra de tres caras que manifiesta la división de los términos de Villajoyosa, Finestrat y Benidorm.
- Continuarían siguiendo la divisoria de aguas del barranco o rambla que va desde dicho mojón hasta la heredad de Cristóbal Morales, que tiene casa, torre, corral y tierras y queda dentro del término de Benidorm.
- A partir de la heredad de Cristóbal Morales la línea de separación va hasta el Tossal de la Cala.
- Los gastos de los nuevos mojones y de los que fuera preciso reparar correrán a medias.
- La Cala de Finestrat queda en el término de la Vila Joiosa, pero los vecinos de Benidorm la podrán “usar libremente [...] varando en tierra sus varcos, y sacando el pescado, y haciendo todo lo demás que conduzca a embarcar y desembarcar, y pesqueras de dichos vecinos, y demás que tuvieren derecho y facultad para ello”. Los vecinos de los señoríos de Polop y Benidorm tendrían libre acceso a la cala, sin pagar diezmos, sisas ni ningún otro derecho a la Vila Joiosa. Los citados derechos los cobrarían los condes de Montealegre, señores de Polop y Benidorm. En cuanto al ejercicio de la jurisdicción se acordó que la condesa conocería los casos de los pescadores de Benidorm y el alcalde ordinario de la Vila Joiosa conocería los casos de los pescadores de su localidad.

La concordia, por tanto, reconocía que las tierras en litigio pertenecían a Benidorm, aunque esta población perdía la Cala. La propiedad de Cristóbal Morales, que en algunos momentos ha dado el nombre a la Cala, quedaba dentro del término de Benidorm. Actualmente el terreno está totalmente urbanizado y sólo queda la torre. Tomás Sanç, más atento a los intereses de la señora de Benidorm que a los de la población, firmó un acuerdo nada beneficioso para nuestra ciudad.

En ningún momento se habla de los derechos de Finestrat sobre la Cala. Durante toda la primera mitad del siglo XIX no aparece incluida en su término municipal pero en cierto momento, hacia 1860, pasó a formar parte de él. En un amojonamiento hecho en 1889 la Cala se incluye en el término de Finestrat.