martes, 8 de septiembre de 2015

Benidorm y sus antiguas vías de comunicación terrestre. Los caminos del pasado: las rutas de los antiguos iberos, embrión de las actuales.




Francisco Amillo


Las vías de comunicación han sido en todas las épocas un factor de dinamización económica y cultural de sus territorios. Las regiones que se mantenían aisladas quedaban sumidas en el atraso pues no participaban de los avances de todo tipo que se iban produciendo en el resto del mundo. Toda región y todo país que ha gozado de prosperidad en algún momento de su historia ha tenido unas rutas terrestres o marítimas por la que han viajado personas y mercancías pero también nuevas ideas, costumbres, tecnologías, etc., que mejoraban la calidad de vida de sus habitantes. 

La Marina Baixa es un buen ejemplo ya que durante siglos su compleja orografía le imponía unas comunicaciones terrestres de baja calidad. Hasta el siglo XX no empezó a tener una red viaria adecuada: ferrocarril Alicante-Denia en 1914, asfaltado de la carretera Alicante-Silla, actual N-332, en 1930, autopista A-7 en 1976, etc. Sigue quedando pendiente, como un reto de futuro, la conexión con la alta velocidad ferroviaria o su llegada hasta Benidorm. 
A partir de 1960 la comarca se convirtió en una región de intenso dinamismo económico basado en el turismo. Por sus vías empezaron a moverse y siguen moviéndose una gran cantidad de personas y mercancías ya que el desplazamiento es un fenómeno esencial dentro del turismo. Por eso se modernizaron sus antiguas vías de comunicación.
Ese dinamismo económico fue el causante de todo el conjunto de cambios en la ocupación del suelo, las actividades económicas, las costumbres y la sociedad que caracterizan esta comarca desde hace algo más de medio siglo. En definitiva una región moderna y bien comunicada que contrasta con aquella región atrasada por causa de su secular aislamiento.



Las viejas rutas de la Marina Baixa.
En todas las épocas el control y  mantenimiento de las rutas terrestres ha sido un factor fundamental para garantizar la riqueza, el desarrollo cultural y la seguridad de un territorio. Desplazarse, y por tanto utilizar vías de comunicación, es tan antiguo como el hombre. E incluso anterior a él ya que algunas especies animales utilizaban determinadas rutas para sus desplazamientos estacionales que después adoptaron los humanos.
Sin embargo, a pesar de ser tan importantes y de tener un origen tan remoto, nuestro conocimiento de las vías de comunicación de la Marina Baixa no llega tan atrás en el tiempo. Prácticamente no podemos decir nada de los caminos y sendas de época prehistórica (Paleolítico, Neolítico y Edad del Bronce) aunque parece claro que crearon los embriones de unas rutas que alcanzarían su desarrollo en época histórica, es decir primero con los iberos y después con Roma. 
No hay que pensar en carreteras y caminos rurales como los actuales. Durante siglos la mayoría de las rutas eran simples sendas para caminar a pie y sólo en los mejores casos eran caminos de herradura. Como señalaba Fernando Cortés Picó: "Fins fa poc més de cent anys, en la nostra comarca pràcticament tots els camins eren de ferradura; per ells no podien transitar carruatges. Aquests camins no van requerir obres ni desmuntaments per a ser construïts, es van fer com deia Antonio Machado, anant. Van aparéixer com a resultat de l’experiència, buscant el millor itinerari i a força de caminar pel mateix lloc una i altra vegada. Després es feren xicotetes obres com passeres o pontets per a creuar els cursos d’aigua, o bé algun empedrament per evitar l’erosió, però sempre seguint el mateix recorregut." [1]

Al análisis de esas viejas rutas de la Marina Baixa dedico esta entrada. 
Podremos comprobar que en época ibérica se creó una red de sendas y caminos que persistió con ligeros cambios hasta su transformación en los siglos XIX y XX. Por dicha red circularon a pie nuestros antepasados y sólo los más afortunados lo hicieron a lomos de caballerías. Aún así se viajó mucho y a distancias que hoy nos sorprenden. Viajaban todo tipo de personas: agricultores, comerciantes, mensajeros, estudiantes, soldados, peregrinos, clérigos en visitas pastorales... y también vagos, pícaros y bandoleros que añadían inseguridad a la dureza del camino. El bandolerismo fue endémico en nuestra comarca con su máximo en los siglos XVII y XIX pero no impidió que se siguiesen utilizando las rutas ancestrales. Era un tributo a pagar, igual que hoy lo son los accidentes de tráfico de las modernas carreteras y autopistas, aunque infinitamente más trágico.

La modernización de nuestras comunicaciones empezó en la segunda mitad del siglo XIX con la construcción de la carretera Alicante-Silla, actual N-332 y de otras secundarias como Benidorm-Pego. Pero hasta 1930, que es cuando se asfaltan y se adecuan al tráfico automovilístico, no podemos hablar de un verdadero impacto de las carreteras. Su auge contribuyó al declive del Ferrocarril de la Marina al que ya  dediqué una entrada en este blog. 


Mapa de Fernando Cortés indicando las rutas tradicionales de la Marina Baixa en vigor hasta el siglo XX. Son rutas heredadas de épocas anteriores y algunas pueden remontarse a la Prehistoria.






Los caminos de la Marina Baixa en época ibérica.
La primera cultura histórica que se desarrolló en nuestra comarca fue la ibérica, entre los siglos VI y I a.C. A partir de ese momento empezamos a intuir lo que debieron ser sus rutas terrestres. Tuvieron que alcanzar mayor desarrollo y densidad de paso que en épocas anteriores y crearon un armazón viario que duraría más de dos mil años. 
En ese período la Marina Baixa formaba parte de la Contestania, un territorio que incluía toda la actual provincia de Alicante y parte de las de Valencia, Albacete y Murcia. 

  

Mapa de la Contestania Ibérica publicado por el MARQ. La Contestania estricta, tal como la definió Enrique Llobregat, era el territorio comprendido entre los ríos Júcar y Segura. Modernamente se acepta que su extensión era mayor y que por el sur llegaba hasta Cartagena. Al ser un mapa anterior al 2012 se incluye el Tossal de la Cala de Benidorm como poblado ibérico aunque ahora sabemos que fue un campamento romano.




Precisamente fueron las rutas de comunicación las que crearon la cultura ibérica. Abandonada desde hace muchos años la idea de que surgió por la invasión de un pueblo de origen africano, se impuso la idea de la aculturación. Eso significa que las gentes que habitaban este territorio en el período del Bronce fueron adoptando poco a poco los elementos materiales, culturales e ideológicos que caracterizan a los iberos. Los nuevos objetos (hierro, torno de alfarero, nuevos cultivos, herramientas agrícolas, etc.) y  las nuevas ideas (escritura, arte, cultos religiosos y funerarios, etc.) llegaron por mar, traídos por los colonizadores griegos y fenicios pero también por tierra, siguiendo la ruta litoral y las vías naturales que a través del valle del Segura conectaban la Contestania con Andalucía de donde procedieron los influjos tartésicos y turdetanos.

En este ámbito contestano se crearon algunas ciudades importantes. En la mayoría de ellas desconocemos sus nombres ibéricos por lo que se les suele citar con sus nombres griegos y sobre todo con sus denominaciones romanas. En otros casos ni siquiera conocemos eso y se les cita con los nombres actuales. Ejemplos de ciudades en Contestania fueron Ilici o Alcudia de Elche, Dianium o Denia y  Saiti o Xàtiva.
En la Marina, con la excepción de Alonís o Villajoyosa, predominaron los pequeños núcleos de población dedicados a la agricultura y ganadería, la mayoría tan pequeños que a veces sólo tenían unas pocas casas. Algunos estaban fortificados en lo alto de una elevación fácil de defender a los que se denomina genéricamente "oppida". Entre todos ellos destacaba Villajoyosa que debió ser la población más importante de la comarca a juzgar por la cantidad y calidad de los hallazgos arqueológicos. Entidades menores, básicamente rurales, debieron ser los poblados del Tossal de les Bastides (Finestrat), de Altea la Vella, Cap Negret y Sogai (los tres en Altea), Orcheta, Relleu, etc. En el actual término municipal de Benidorm debieron existir pequeños asentamientos ibéricos en Canfali y Lliriets. 

 


Fragmento del mapa de E. Llobregat con los yacimientos ibéricos de la Marina Baja conocidos en 1972. Se observa el predominio de asentamientos a lo largo de los ejes fluviales del Algar y Amadorio. El litoral no presenta tanta densidad de asentamientos pero van jalonando toda la costa. 

94. Castell de Tarbena. Tarbena. 95. La Montanya. Tarbena. 96. Cova de Dalt. Tarbena. 97 Penyal d'lfac. Calp. 98. Penyó Divino Cella. 99. Altea la Vella. Altea. 100. Tossal de Vila. Altea. 101. El Cap Negret. Altea. 102. Altea. 103. Cova deis Coloms. Altea. 104. Cova de la Pinta. Callosa d'en Sarria. 105. Penya Roja. Relleu. 106. Camp d'Ors. Benidorm [¿Camp d'Orts, en Lliriet.?]. 107. Tossal de Polop o de la Cala. Benidorm. 108. La Vila Joiosa. 109. Tossal del Moro. La Vila Joiosa. 110. Ríu de Torres. La Vila Joiosa.


Yacimientos ibéricos en Altea según Jaume Antoni Martínez García en  "Patrimoni arqueològic d’Altea" del año 2004. 



Todas estas aldeas completaban su economía, básicamente agrícola y ganadera, exportando sus excedentes e importando lo que necesitaban. Este comercio necesitaba de unas vías de comunicación por las que se desplazaban agricultores y artesanos que querían vender sus producciones. Un ejemplo de exportación artesanal era la cerámica fabricada en L’Alcavonet, un alfar situado en Cocentaina, que distribuía sus productos por todo el territorio de las actuales comarcas del Comptat y Marina Baixa. Llegaban hasta las poblaciones de la costa, habiéndose encontrado algunas de sus producciones en el Tossal de la Cala de Benidorm [2]. A estas mercancías de producción local se añadieron las importaciones de objetos griegos y fenicios merced a mercaderes que las distribuían por el interior desde las poblaciones litorales. 

El tránsito por esas rutas comerciales está relacionado también con el intercambio cultural. Como la Contestania se caracterizó por su homogeneidad cultural dentro del ámbito ibérico, está claro que la red viaria de la Marina Baixa no sólo conectaba a las localidades que la formaban; también la relacionaban con los grandes núcleos comerciales y culturales contestanos, edetanos,  turdetanos, etc. 
De esa forma las comunicaciones contribuyeron a que nuestra comarca adquiriera los elementos ideológicos y de cultura material que caracterizaban a otros centros ibéricos más destacados. Porque las motivaciones para viajar no fueron sólo económicas. También utilizaron esas rutas las personas que visitaban otras localidades por razones religiosas, como por ejemplo las que acudían a los santuarios de la Illeta del Banys (Campello), de la Malladeta (Villajoyosa), de Cap Negret (Altea) o de la Serreta (Alcoi). El lugar de culto que había en la Cova  Pinta de Callosa d'en Sarria recibía la visita de personas de las proximidades pero probablemente también de lugares más alejados, algo que podemos conjeturar por su situación junto a una vía de comunicación. Según E. Llobregat en esa cueva: "Prospecciones realizadas por el Centro Excursionista de Alicante bajo la dirección de J. Carbonell, han proporcionado una amplia serie de materiales, hallados fundamentalmente en el interior de un manantial subterráneo, rotos, dentro del agua. Hay dos fragmentos de cerámica ática de barniz negro, cinco de cerámica ibérica gris, algunos fragmentos de cerámica ibérica, restos de vasitos caliciformes, y cerámica medieval. Parece tratarse de una de las cuevas - santuario en que se depositaba ofrendas." [3] La cerámica griega ática era de importación, había llegado por mar y desde el litoral se había distribuido por rutas terrestres. La profesora Feliciana Sala explica este culto basado en las libaciones (ofrenda a la divinidad de líquidos valiosos) y también cómo este santuario dominaba una de las rutas terrestres seguidas por los iberos para ir de la costa hasta Guadalest: "La Cova Pinta també es troba en una ubicació destacada, en este cas controlant la via natural cap a Guadalest pujant pel riu de Callosa. Avui, discorre per baix de la cova la carretera comarcal CV-755 que seguix, en part, el antic camí de ferradura que anava a Alcoi. Seria, sens dubte, la via antiga de circulació que des de la mar, arrancant de l'Olla d'Altea, s'endinsava pels peus de la Serra Bèrnia cap l’interior de la vall, i que a l'altura de la Cova Pinta anava pels peus de la Serra de l'Almèdia." [4]

Otras causas de los viajes serían motivos familiares, culturales o de búsqueda de trabajo, por ejemplo para enrolarse como mercenarios en los ejércitos cartagineses y romanos, algo que hizo famosos a los iberos. Es decir por esas rutas circularon personas y mercancías pero también ideas y conceptos artísticos, religiosos y culturales que crearon los elementos fundamentales del mundo ibérico: escritura, arte, cerámica, nuevas divinidades, nuevos cultivos y productos agrícolas, etc. 

Los iberos, como hemos visto en el mapa de E. Llobregat, se concentraron sobre todo en el interior y menos en la costa. No destacaron por su dominio de la navegación y utilizaron poco las rutas marítimas, siendo sus desplazamientos sobre todo por tierra. Pero no tenemos constancia de que crearan caminos propiamente dichos, algo que vendría en época romana. Los desplazamientos de la época ibérica debieron realizarse en la mayor parte de los casos por senderos estrechos, más aptos para desplazarse a pie o en caballerías que mediante carros. Incluso podrían haber varios senderos que hiciesen el mismo trayecto por lo cual es más adecuado hablar de rutas que de caminos. Su total dependencia del medio natural (valles fluviales, pasos entre montañas, etc.) hacía que su tránsito fuera duro. 

En la Contestania ibérica, como en épocas anteriores, los valles de los ríos se convirtieron en vías de conexión de las áreas costeras y las interiores y en ese sentido está bien estudiado el papel de los valles del Segura y Vinalopó. Para nuestra comarca se conocen tres rutas que iban del litoral al interior y seguían, al menos parcialmente, algunos valles fluviales. De todas formas la compleja orografía de la zona interior de la Marina Baixa hacía que en algunos puntos tuvieran que atravesar puertos de montaña. 

En época ibérica había una ruta que desde Elche y Alicante iba por la Carrasqueta hacia Alcoi (poblados de la Serreta y el Puig), hacia Cocentaina y desde allí a Saiti (Xàtiva) desde donde se dirigía al litoral. Aquí el poblado de La Serreta controlaba en los siglos III y comienzos del II a.C. el acceso de La Carrasqueta y de las rutas provenientes de la costa, de las que analizaremos a continuación las dos que partían del litoral de la Marina Baixa. "El poblado de La Serreta se encuentra en un cerro que se eleva en una posición central de la comarca de l' Alcoia-Comtat [...] Esta estratégica situación proporciona un inmejorable control del territorio circundante, ya que domina perfectamente las extensas tierras de labor que se extienden a sus pies. Desde el poblado se establece, además, una perfecta comunicación visual con un gran número de asentamientos ubicados en el inicio de los diferentes valles y puertos montañosos que conducen a esta cerrada comarca desde las tierras interiores y desde la costa." [5] 
Esta ruta, que no es de la Marina Baixa, era importante para la comarca porque había al menos dos rutas que partiendo de las localidades costeras de Villajoyosa y Cap Negret conectaban con el Alcoià y el Comptat. Su importancia está atestiguada por los productos de las áreas costeras que han aparecido a lo largo de ella destacando las cerámicas importadas y las esculturas animalísticas. 


 

Toro de piedra hallado en el Tossal de la Cala de Benidorm y fotografiado por Luis Duart. Destrozado con saña en época ibérica, sólo se rescataron estos tres fragmentos, faltando la cabeza y las patas. Esta escultura y la del león hallado en el mismo emplazamiento se interpretan como espíritus protectores de las tumbas (efecto apotropaico). Ambas atestiguan la existencia de un conjunto de creencias importadas de Grecia y Oriente:  el león no existió en tiempos históricos en nuestras tierras. Esas creencias y las técnicas escultóricas llegaron al ámbito ibérico por vía marítima y se difundieron mediante las rutas terrestres.




Ruta Cap-Negret Alcoi.
El valle del Algar-Guadalest debió ser la vía que unía el poblado costero de Cap Negret con las localidades del interior ya que en la proximidad del Algar se localizaron núcleos de población agrícolas, pequeños pero numerosos: "Existe una cierta coherencia organizativa en el territorio para la ubicación de la mayoría de asentamientos alrededor del río Algar, tanto en lo referente al suministro de agua que proporciona como por la potencial mejor calidad agraria de las tierras aluviales. De los doce hábitats contabilizados, ocho de ellos se encuentran a menos de un kilómetro de distancia del río Algar, lo que nos da una imagen de evidente interés para el aprovechamiento de los recursos agrarios que proporciona el medio. Y los ocho ofrecen una extensión de materiales que no permiten estimar grandes extensiones de empleos, por lo que deben interpretarse como granjas o, como mucho, aldeas, sin evidencias de murallas en ningún lugar, dedicados, muy probablemente, a la explotación agrícola del territorio." [6] 
Tras la confluencia del Algar con el Guadalest la ruta seguía por el valle de este último y, como ya hemos visto, pasaba junto a la Cova Pinta, proseguía por el río y se dirigía hacia el interior, remontando el puerto de Ares y bajando por el valle del río de Penáguila hasta la Serreta (Alcoi) y L'Alcavonet (Cocentaina) centros importantes desde el punto de vista económico y religioso.
En esta ruta á la altura de Callosa se podía seguir el valle del río Bolulla y llegar a Tárbena desde donde, tras pasar el puerto de Coll de Rates, se entraba en contacto con la Marina Alta, Denia y Saiti (Xàtiva). 

 

La mayoría de las antiguas vías de comunicación ha desaparecido al transformarse en caminos y carreteras en el siglo XX. Otras sendas al dejar de utilizarse fueron cubiertas por la vegetación y también desaparecieron. Quedan muy pocas y en esta fotografía vemos una ruta morisca, con muchas probabilidades de ser heredera de otra más antigua de época ibérica. Se trata del camino morisco del Barranc de l'Infern, en la Vall de Laguar, escalonado porque estaba destinado al tránsito de personas.





Ruta Tossal de la Cala Serra Cortina y Finestrat.
Otra ruta de menor importancia y longitud conectaba el litoral del Tossal de la Cala de Benidorm con la Sierra Cortina, utilizando en parte la rambla que desemboca en esa cala. Conviene recordar que desde 2012 se ha descartado la existencia de un poblado ibérico en lo alto del Tossal ya que se ha demostrado que era un fortín romano del siglo I a.C. Pero ese no es el único yacimiento de la zona sino que conocemos otros cuatro que nos demuestran que hubo actividad comercial y productiva en el ámbito del Tossal desde el siglo IV hasta el I a.C.
En la Cala, en el término municipal  de Finestrat, se han encontrado estructuras portuarias con muros de mampostería y un camino del siglo IV y III a.C. Según José Ramón García [7], arqueólogo de Finestrat,  las estructuras principales son dos muros paralelos de casi 60 m de longitud que discurren de NE a SO separados entre sí unos 4 metros. Esa parte del camino que se ha conservado iba desde la playa hasta la actual Avenida de Finestrat. A ambos lados se situaban una serie de edificaciones que servirían de almacenes y se relacionarían con el fondeadero de la Cala, que constituía un buen refugio para los temporales de gregal y levante. Su existencia nos demuestra que había un comercio marítimo de importación-exportación cuyas mercancías deberían transportarse también por tierra. 
En el año 2004 el citado José Ramón García excavó en el parking del edificio Principado los restos de un alfar del siglo I a.C. Parece claro que su producción debía estar en relación con el comercio de importación y exportación que se realizaba a partir del fondeadero de la Cala. Según dicho autor: "se documentaron una serie de estructuras donde destacaba la presencia de un horno para la cocción de recipientes anfóricos, y una balsa de decantación de arcilla a escasos metros del horno. Estos, integrados en un complejo de estructuras, que por su cercanía a la línea de costa, debían de estar relacionadas con almacenes, estancias y espacios necesarios para la infraestructura de un fondeadero."
También sabemos por las excavaciones del Padre Belda [8] que en esa zona del Tossal había un santuario  aunque otros autores creen, con mucho fundamento, que era una necrópolis. Otro elemento importante de esta zona fue la existencia de una factoría que Belda calificó de "púnico-ebusitana" y a la que atribuyó una cronología del siglo IV a.C. Esa factoría implicaría una exportación de salazones y por tanto reforzaría la importancia de esta ruta. Pero recientemente la profesora Feliciana Sala ha señalado la hipótesis de que ahí podría haber estado un fortín de los pompeyanos que asediaron y atacaron a los sertorianos de lo alto del Tossal.

 

Yacimientos arqueológicos del entorno del Tossal de la Cala: 1: fortín romano sertoriano del s I a.C. 2: factoría del siglo IV a.C. con muralla rectangular según Belda y posible fortín pompeyano del s. I a.C. según hipótesis de Feliciana Sala. 3: colina con santuario al aire libre según Belda o necrópolis según otros autores. 4: horno cerámico romano del siglo I d.C. 5. Instalaciones portuarias del siglo IV a.C.



Por tanto estamos en un espacio en el que, además de fortificaciones temporales, concurrían una necrópolis y unas instalaciones portuarias a las que en el siglo I a.C. se añade un alfar. Una zona de mayor dinamismo económico y religioso que en épocas posteriores aunque su importancia decrece si tenemos presente que no había ni poblado ni factoría. 
Todos estos elementos debían relacionarse por razones comerciales o religiosas con el poblado del Tossal de les Bastides, en la Sierra Cortina, a unos 4 kilómetros en línea recta. Utilizarían una vía que uniría la Cala con ese poblado y el asentado sobre el actual Castell de Finestrat. Es posible que coincidiera en parte con la posterior senda que iba desde Benidorm a Finestrat. Desde esta población se podía ir hasta Orcheta y enlazar con el camino de Villajoyosa a Alcoi.


La ruta Villajoyosa-Alcoi.
Había una tercera ruta que conectaba Villajoyosa o Alonís, en el litoral de la Marina, con el interior montañoso de la comarca del Alcoià (la Serreta, el Puig, etc.) y el Comptat. Probablemente era más importante que las tres anteriores porque la potencia económica y el tamaño de Alonís y la Serreta contrastaba con la menor entidad del resto de asentamientos. Alonís en esa época era la localidad ibérica más destacada de la Marina Baixa y debía ejercer algún tipo de hegemonía sobre ella por su predominio económico y religioso aunque ignoramos si esto se traducía en algún tipo de dominio político.
Partiendo del litoral la ruta se iniciaba siguiendo una parte del cauce del Amadorio. Como explicaba Enrique Llobregat: "Es una ruta que aprovecha [...] el valle del riu de la Vila, hoy llamado -extrañamente- Amadorio." [9] A lo largo de ella o en sus proximidades se situaron algunos "oppida" como Orcheta, Relleu, Benifallim (en el Carrascalet), etc.
En época ibérica es probable que fuese más bien una senda para tránsito humano. A pesar de eso fue importante y su importancia se refuerza si tenemos en cuenta que continuó utilizándose ininterrumpidamente en épocas posteriores. Las excavaciones arqueológicas en Villajoyosa demostraron que bajo dominio romano, a principios del siglo I a.C., se empedró una parte de la vía mejorando el camino que existía por lo menos desde el siglo VI a.C. Esa calzada seguía "la calle Pianista Gonzalo Soriano hacia la Creu de Pedra, a 3 Km al interior, y desde allí se dirigiría hacia Alcoy" [10]. Su uso continuó en épocas islámica, medieval y moderna hasta finales del siglo XIX. Denominada "Camí del peix", por ella circularon personas, ejércitos, artículos de importación y producidos en el litoral pero también los que se exportaban desde el Alcoià y el Comptat. Ni siquiera en sus últimos tiempos permitía el tránsito de carruajes; se trataba de un camino de herradura, apto sólo para caballerías [11].


La ruta litoral de la Marina.
La vía más importante de la Marina Baixa debió ser la ruta litoral que iba desde Cádiz al Pirineo y recorría la Comunidad Valenciana y nuestra comarca. Ha sido denominada herakleia, heráklea o hercúlea pero desconocemos como se llamaba en las épocas ibérica y romana porque estas denominaciones, aunque figuren en muchos libros, son modernas [12]. Posiblemente no tenía ningún nombre como pasaba con todas las vías de Hispania. Se llamó así por ser el camino que, según la mitología, habría recorrido Herakles o Hércules con los bueyes robados a Gerión tras poner dos columnas en el estrecho de Gibraltar. Sabemos que existía al menos desde el siglo VI a.C., es decir desde los primeros momentos de la época ibérica. 
Desde Cádiz a Cartagena iba por el interior pero a partir de esa ciudad bordeaba toda la costa hasta llegar a Francia. En esta ruta se podía evitar el rodeo y las dificultades orográficas que suponía pasar por la Marina haciendo un trayecto más directo por el interior. Esta segunda vía desde Elche pasaba por Elda y Villena hasta Saiti (Játiva) y de ahí de nuevo al litoral por Portum Sucronem (Cullera). 
Esta duplicidad de caminos crea confusión, sobre todo porque en épocas posteriores la vía interior fue más transitada que la litoral: "Desde Ilici [Elche] hasta el Portum Sucrone nos encontramos con dos vías principales, una costera y otra interior. La costera es la que suele citarse como parte de la vía Heraklea, si bien la interior es considerada por otros investigadores como un tramo del mismo eje, existiendo cierta confusión al respecto." [13]
Este sector litoral es el que nos interesa ahora porque atravesaba toda la Contestania de Norte a Sur y por tanto toda la Marina Baixa. Mediante esta vía sus poblaciones podían comunicarse entre sí y con ciudades más alejadas como Denia, Alicante o Elche. Por ella transitaban los iberos y también personas y mercancías griegas procedentes del norte, desde Ampurias, y en sentido contrario personas y mercancías fenicias procedentes del sur [14]. Sobre su importancia dice mucho que fuera potenciada en el siglo III a.C. por cartagineses y romanos en sus intentos de dominar militarmente el litoral mediterráneo.
Podemos adivinar su recorrido en nuestras tierras porque es muy probable que tanto la vía romana como los caminos medievales y modernos siguiesen un trazado muy parecido al de época ibérica. 
En la Marina Alta la ruta litoral iba desde Denia por Jávea, Teulada y Calpe. El problema surgía al intentar pasar a la Marina Baixa, donde la orografía impone unas enormes dificultades por el abrupto relieve de la sierra de Bernia en su vertiente sur. Pero a pesar de todo, nuestros antepasados supieron encontrar una vía de acceso. No sabemos con certeza si era por la Sierra de Bernia o por el Mascarat. En todos los casos el camino era malo y duro por lo escarpado de las elevaciones. Según Antonio Espinosa la opción menos mala era subir zigzagueando por las paredes del barranco hasta el collado de Calpe: "... franquear las estribaciones de la sierra de Bernia, entre ésta y el Morro de Toix, por el punto conocido como «collado de Calpe», mencionado con frecuencia  en documentos de época moderna. Este lugar estuvo controlado en época ibérica por el poblado de El Castellet (Calpe) –donde se erigió posteriormente un castillo islámico y, en época moderna, una casa de carabineros–. " [15] 
Este autor indica otros posibles pasos más retirados hacia el interior y también muy difíciles que eran el Pas dels Bandolers, el Portitxol y el Coll de Fachuch. Parece lógico suponer que se utilizarían todos aunque el más próximo al litoral sería el preferido para el transporte de mercancías por ser más directo (en época posterior se empleaban dos horas para ir de Calpe a Altea por el Camino Real que utilizaba ese mismo paso). El uso de los otros puede deberse a la actividad ganadera, muy importante en época ibérica.
Superar Bernia y el Mascarat  suponía que la ruta había bajado desde la cota de los 256 metros del Castellet hasta el nivel del mar. En el actual término de Altea seguía paralela y muy próxima al mar con la única dificultad de vadear barrancos que, como el de la Galera, llevan agua sólo en temporada de lluvias. Allí pasaba junto al poblado portuario de Cap Negret y continuaba hacia el sur vadeando el río Algar por su desembocadura. Al llegar a la zona de marjales del Albir se desviaba hacia el interior evitando también  la Serra Gelada cuya base recorría. Al final de dicha sierra evitaba la zona de marjales del Racó de l'Oix y del Saladar y seguía alejada de la costa hasta llegar cerca del promontorio de Canfali, en Benidorm, y pasaba a sus pies donde es probable que se asentara un pequeño núcleo de población. Continuaba junto al mar hasta mitad de la playa de Poniente donde se desviaba de nuevo para evitar las elevaciones montañosas que a partir del Tossal de Cala están junto al mar entre Benidorm y Villajoyosa. En esta zona debía vadear el barranco de Finestrat y después el río Torres llegando a Villajoyosa. En esta ciudad, cuyo puerto estaba cerca de la desembocadura del Amadorio, después de vadear el río, retomaba la proximidad del litoral y entraba en la comarca del Alacantí. 
Para finalizar el análisis de esta ruta creo necesario señalar que en 1983 Enric Llobregat, el gran arqueólogo y director del Museo Arqueológico de Alicante, escribió un artículo rechazando la existencia de esta ruta litoral Alicante-Denia indicando que sólo existió la vía interior que evitaba las Marinas [16]. Sin embargo la mayoría de autores que han tratado el tema con posterioridad, como por ejemplo Antonio Espinosa, aceptan la existencia de esta vía señalando que sería una  alternativa al otro trayecto. 


Otras rutas.
Junto a las vías de mayor entidad que acabamos de ver es seguro que existieron otras rutas menores que conectaban pequeñas localidades de la comarca. Aunque hay pocas pruebas de su existencia es muy probable que todas las localidades estuviesen enlazadas entre sí por vías principales y secundarias. Así por ejemplo debió existir, a juzgar por las rutas posteriores, comunicación entre Polop, Lliriet y Benidorm, lo mismo que entre Benidorm y el Tossal de les Bastides y Finestrat. También debió ser posible ir desde Relleu por Sella hasta enlazar por el río Guadalest con la ruta Cap Negret-Alcoi. Otra ruta podía ir desde Finestrat a Polop y Callosa.
Algo más segura es la existencia de una ruta que desde Altea la Vella iba por el Castellet de l'Ama hacia Bernia donde por el Portitxol pasaba a la Marina Alta y que podía ser una alternativa a la vía litoral. El por qué de esta ruta debió ser la explotación ganadera de la montaña además de la comunicación  con la Marina Alta. "El poblado más importante durante el Horizonte Ibérico Antiguo es el de Altea la Vella, ocupado en los siglos VI - V a C, sin que se pueda ser concluyente en fechas concretas iniciales o finales. Era un simple caserío o aldea del que desconocemos si disponía de estructuras defensivas. Disponía de una necrópolis en el camino de salida hacia la sierra (evidenciando la importancia de esta ruta), a los pies del poblado." [17]



Conclusión.
Como resumen de todo lo visto podemos decir que la primera red de comunicaciones terrestres que conocemos de Benidorm y la Marina Baixa data de época ibérica a pesar de tener antecedentes prehistóricos. Su importancia radica en que fue el embrión de las rutas que hasta el siglo XX han conformado la red viaria de nuestra comarca.
Esa red estaba formada por cuatro ejes básicos dos de los cuales eran los más importantes. Uno de ellos estaba fuera de la comarca: la vía de Alicante a  Alcoi y Cocentaina. El otro seguía todo litoral: la vía heráklia. Esos dos ejes estaban conectados mediante otras dos rutas que salían de Alonís y Cap Negret y llegaban a Alcoi. De esta manera la red principal de comunicaciones en nuestra comarca formaba un triángulo cuyos vértices eran Villajoyosa, Alcoi y Cap Negret. Mediante estos ejes la comarca estaba comunicada con el resto de la Contestania y con el mundo ibérico.
Estas cuatro grandes rutas que formaban el armazón básico se completaban con otras menores que las conectaban entre sí, creando una malla bastante tupida que unía casi todas las localidades de la Marina Baixa: Tossal de la Cala, de Les Bastides, Finestrat, Polop, Benidorm, Altea la Vella, Callosa, Orcheta, Relleu, etc. Eso explica la uniformidad económica y cultural que presentaba la Marina Baixa en esta época y su perfecta integración en el ámbito de la cultura ibérica contestana. 
De todas formas dentro de la Contestania y del mundo ibérico la Marina fue un área de menor importancia económica, cultural o artística. No acuñó moneda, no creó estilos cerámicos y su escultura en piedra no está a la altura de otras zonas de su ámbito cultural. 
La causa de esta menor importancia fue su compleja orografía que dificultaba las comunicaciones por lo que históricamente se ha mantenido, desde la época ibérica, como un área de segundo orden. Hasta mediados del siglo XIX sus vías de comunicación eran sólo caminos de herradura y sendas. Algo que no se solucionaría hasta el siglo XX cuando a partir de esas vías ancestrales surgieron las actuales. Fue un fenómeno en el que el turismo (y por tanto Benidorm) tuvo mucho que ver...



NOTAS:

[1] CORTÉS PICÓ, F.: "Relleu en la xarxa de camins de la Marina Baixa" en "1as Jornadas sobre la actualidad del patrimonio arqueológico y etnográfico de la Marina Baixa" 2004, p. 59.
[2] Publicado sin indicar autor en http://la-contestania.blogspot.com.es/2011/11/necropolis-de-altea-la-vella.html
[3] LLOBREGAT CONESA, Enrique A.: "Contestania Ibérica". Instituto de Estudios Alicantinos. Alicante, 1972, pág. 110.
[4] SALA SELLÉS, Feliciana: "La Cova Pinta i la religiositat dels íbers" en el blog La Marina d'ahir: http://lamarinadahir.blogspot.com.es/2011/11/la-cova-pinta-i-la-religiositat-dels.html
[5] OLCINA DOMÉNECH, Manuel H.: GRAU MIRA, Ignacio; SALA SELLÉS, Feliciana; MOLTÓ GISBERT, Sara; SEGURA MARTÍ, José María; REIG SEGUÍ, Cristina: "Nuevas aportaciones a la evolución de la ciudad ibérica: El ejemplo de La Serreta"  Actas del Congreso Internacional “Los Iberos, príncipes de Occidente” publicadas por . Saguntum. Extra – 1, 1998. Páginas 35-46. Disponible en: Valencia.https://ojs.uv.es/index.php/saguntumextra/article/view/2748/2327
[6] GRAU MIRA, IGNACIO (1998-1999): "Un posible centro productor de cerámica ibérica con decoración figurada en la Contestania". Lucentum, XVII-XVIII. Alicante.
[7] GARCÍA GANDÍA, José Ramón:  "La Cala de Finestrat en época ibérica y romana". Disponible en http://myslide.es/documents/la-cala-de-finestrat-en-epoca-iberica-y-romana.html
[8] BELDA, J. (1950): “Museo Provincial de Alicante. Nuevos ingresos”. Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales. Madrid.
[9] LLOBREGAT CONESA, Enrique A.: "Contestania Ibérica". Instituto de Estudios Alicantinos. Alicante, 1972, pág. 24.
[10] ESPINOSA RUIZ, Antonio: " Sobre el nombre de la ciudad ibérica y romana de VILLAJOYOSA y la ubicación del topónimo Alonís/ALONAI/Allon" Revista LVCENTVM XXV, 2006, pág. 246.
[11] PÉREZ SERRANO, Miguel Ángel: “El Camí del Peix: aportaciones para la localización y puesta en valor de una ruta histórica estratégica”. Trabajo de Fin de Máster (TFM) del Máster Universitario en Arqueología Profesional y Gestión del Patrimonio de la Universidad de Alicante. Noticia publicada por Vilamuseu en http://museu180.rssing.com/browser.php?indx=35454617&item=1. F. 
Cortés Picó también habla de esta ruta en el artículo citado en la nota [1]
[12] SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Jesús; BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, Luis; RODRÍGUEZ MORALES, Jesús; FERNÁNDEZ MONTORO, José Luis: "Nomenclatura viaria antigua. La Vía de los Vasos de Vicarello: una vía augusta de Hispania", en la revista  El Nuevo Miliario, núm. 15, marzo de 2013.
[13] DÁVILA VEGAS, Víctor Manuel: "La Contestania: entidad étnica y organización del territorio" en http://stasiotika.blogspot.com.es/2008/11/la-contestania-entidad-tnica-y.html
[14]  ALMAGRO-GORBEA, M.: "La romanización del mundo ibérico del sureste" Revista Canelobre nº 48 año 1984, p. 13.
[15] ESPINOSA RUIZ, Antonio: " Sobre el nombre de la ciudad ibérica y romana de VILLAJOYOSA y la ubicación del topónimo Alonís/ALONAI/Allon" Revista LVCENTVM XXV, 2006 pag. 245
[16] Llobregat CONESA, E. A., 1983: «Relectura del Ravennate: dos calzadas, una mansión inexistente y otros datos de la geografía antigua del País Valenciano», Lucentum II, pág. 225-242.
[17] http://la-contestania.blogspot.com.es/2011/11/necropolis-de-altea-la-vella.html