martes, 17 de diciembre de 2019

La Plaça de la Senyoria en Benidorm, testimonio del desarrollo turístico de la década de 1960 y legado de Julio Guillén Tato.

La Plaça de la Senyoria en Benidorm, testimonio del desarrollo turístico de la década de 1960 y legado de Julio Guillén Tato.



Desde hace algunos años los actos institucionales del 9 de octubre, Dia de la Comunitat Valenciana, se celebran en la Plaça del Castell. Pero este año 2019, a causa las excavaciones arqueológicas, se celebraron en la Plaça de la Senyoria. En el momento actual la Plaça del Castell ya está excavada y remodelada por lo que se ha vuelto a abrir al público y a acoger actos institucionales como el día de la Constitución. La plaza de la Senyoria ha recuperado la tranquila discreción y el carácter recoleto que siempre la han caracterizado y que constituyen su mayor encanto. Por eso me pareció conveniente escribir sobre ella. 
Aunque está sobre el casco antiguo de Benidorm su configuración actual y su nombre son modernos pero arrastra tras de sí una historia interesante que complementa el gran atractivo turístico que ejerce sobre los visitantes.


Francisco Amillo




Antes de la reforma de 1959-1960 la Plaça de la Senyoria era más pequeña que la actual y no tenía comunicación con la Plaça de Castelar porque había edificios que lo impedían. El cantil de Canfali llegaba directamente al mar ya que la Platja del Mal Pas  no tenía arena. Tampoco existía la escalera que desde la plaza baja hasta el puerto.


El visitante que accede a la Plaça de la Senyoria está en uno de los espacios más antiguos de Benidorm, casi tanto como el inmediato castillo. Desde sus orígenes en la Edad Media, la iglesia de Benidorm, de pequeñas dimensiones, estaba ubicada en esta plaza. Pegada al precipicio, ocupaba el espacio en el que hoy contemplamos el monumento “Als morts en la mar”. Frente a la iglesia había una plaza de menores dimensiones que la actual. Eso significa que fue mudo testigo de los tristes avatares de la historia de Benidorm, por ejemplo del siglo XV cuando los corsarios norteafricanos se llevaron varias veces a todos los habitantes de Benidorm. También los del siglo XVI cuando el silencio se adueñó de esa plaza y de toda la villa tras ser abandonada por sus habitantes. Las casas se hundieron y sólo se mantuvo en pie la iglesia.
La plaza volvió a vivir momentos felices en el siglo XVII cuando se repobló Benidorm. Beatriz Fajardo le otorgó una nueva Carta Puebla en 1666, reparó sus murallas y la iglesia recuperó la normalidad de su culto, al igual que el pueblo.  Los juegos de los niños y las voces de los adultos volvieron a llenar calles y plazas. En la de la Senyoria volvieron las conversaciones de sus gentes antes y después de los oficios religiosos.

En la segunda mitad del siglo XVIII, se construyó una iglesia más grande, la actual de Sant Jaume. Posteriormente, posiblemente a principios del siglo XIX, se derribó la medieval y la plaza ganó espacio pero seguía siendo más pequeña que la actual. 


Fotografía de la década de 1920. A la izquierda vemos la Plaza de la Senyoria más pequeña y  sin una valla protectora.


Fotografía de la década de 1940. En la Plaça de la Senyoría ya se observa la valla protectora construida en tiempos del alcalde Vicente Llorca Alós. En la playa del Mal Pas el bunker de la Guerra Civil.


A lo largo de los tiempos ha tenido altibajos, unas veces zona codiciada y otras deprimida. Esa era al menos la opinión de Encarnación Lloret Devesa que en una entrevista realizada en 1965 declaraba: “Yo he conocido la plaza cuando en ella se levantaban las grandes casas de los señores de Llinares [...] un verdadero palacio. […] He conocido también la plaza en ruinas, con casas viejas y semiderruidas […] La plaza de la Señoría ha sido toda mi vida. La he visto pujante y abatida. Y ahora tengo la fortuna de poderla contemplar maravillosamente transformada.
Vi cómo nacían sus verjas. Fue obra de don Vicente Llorca Alós, casado con una tía de nuestro actual alcalde. Después don Julio Guillén siguió transformándola” [1].


En esta fotografía aérea se aprecia la Plaça de la Senyoria remodelada pero sin el monumento a los muertos en el Mar.  




Descripción de la plaza.
La Plaça de la Senyoria está situada en la parte alta del promontorio de Canfali y del casco antiguo de Benidorm. Su amplitud y ajardinamiento crean un contraste notable con la estrechez y alta densidad de edificación de las calles que permiten acceder a ella. Por el lado sur, el más estrecho, limita con la iglesia de Sant Jaume y por el norte, el más ancho, con el arranque de varias calles que bajan casi rectas y paralelas por el plano inclinado de Canfali: Alacant, Sant Vicent, Sant Llorenç y Condestable Zaragoza. Por el lado oeste una balaustrada, similar a la del Castillo, evita el peligro del cantil en cuya base está la playa “del Mal Pas”. Antiguamente este acantilado era una defensa natural de Benidorm porque el mar batía directamente su base y, tal como muestran antiguas fotografías, la playa era muy pequeña y de piedra, no de arena como la actual. Desde este punto, igual que desde el próximo castillo, hay excelentes vistas a la playa de Poniente.



Benidorm a principios de la década de 1920 con las obras del puerto aún  sin concluir. La plaza de la Senyoria era más pequeña y no existía la balaustrada actual. 


La playa del Mal Pas tiene hoy día mucha más extensión porque la construcción del puerto a partir de 1919 alteró la antigua dinámica del litoral y las corrientes marinas la llenaron de arena.


Vista desde el aire la plaza tiene forma de trapecio tan irregular que se aproxima a un triángulo. Su base mayor está en el lado norte y en su extremo que da al mar, hay una escalera de piedra que permite acceder al puerto. Se construyó hacia 1960.


Desde la época del alcalde Pedro Zaragoza, una escalera de piedra permite descender desde lo alto de la Plaça de la Senyoria hasta el puerto.
La plaza, como las calles citadas, se inclina suavemente hacia el norte. Junto a la iglesia arranca una plazoleta cuadrada que se mantiene horizontal. Por eso está a ras de suelo en el sur y elevada en el norte. Esa plazoleta es la parte más vistosa y original de la plaza y en ella están sus elementos más característicos.  


Principios de la década de 1960: la plazoleta cuadrada de la Plaça de la Senyoria conserva su horizontalidad gracias al muro de su lado norte, visible en esta fotografía. Observamos que los edificios eran  todavía de baja altura y por tanto mantenían su aspecto de pueblo tradicional.


La plazoleta con bancos de piedra a sus lados y rodeada de zona ajardinada. Observamos su característico pavimento de cantos rodados de diferentes colores que forman figuras geométricas.





Por qué se denomina “de la Senyoria”.
En esta plaza llama la atención su nombre valenciano de “Senyoria”. Es un término antiguo ya que hoy utilizamos más la palabra "senyoriu", señorío. Nos remite a siglos anteriores a 1836, cuando estaba vigente el Régimen Señorial, una reminiscencia del feudalismo. Eran tiempos de señores y vasallos en los que “senyoria” podía tener varios significados, todos aplicables a Benidorm. 
Por un lado significaba señorío, un territorio sobre el que el noble tenía ciertos derechos que en el caso de Benidorm eran los máximos (señorío jurisdiccional). 
Su segundo significado era la autoridad de dicho señor territorial que cobraba impuestos a sus habitantes y administraba justicia, pudiendo imponer multas, encarcelar, azotar e incluso condenar a la “pena de vida”, en castellano pena de muerte.
La palabra "senyoria" aparece también en los documentos de aquellos siglos significando "casa de la senyoria". Era la sede del batle, el encargado de administrar el señorío en nombre del señor territorial. Su misión era cobrar los impuestos de la pesca, las cosechas, los ganados, las tierras, las casas y por las personas. Además los molinos harineros, los hornos, la tienda, la taberna, el hostal, etc., eran negocios exclusivos del señor territorial. Nadie podía crear otros que le hiciesen competencia y los vasallos estaban obligados a utilizarlos. El batle los alquilaba cada año y se encargaba de cobrar el alquiler. 

¿Se puede llamar Plaça de la Senyoria porque aquí estaba la “casa de la senyoria”? Parece que no. A finales del siglo XVIII los señores territoriales de Benidorm construyeron su "casa de la senyoria" junto a las actuales Plaça del Torrejó y calle Metge Cosme Bayona y por tanto alejada de la plaza en cuestión. Posteriormente el edificio de los señores de Benidorm fue propiedad de Leonor Canalejas que lo cedió al pueblo de Benidorm para escuela; después pasó a ser el Ayuntamiento y en la actualidad dependencias municipales.

Aparte de designar a un edificio, la palabra Senyoria aparece también como topónimo del antiguo Benidorm. Era el nombre de una partida rural, la partida de la Senyoria. Un documento del siglo XVII nos explica el por qué del nombre: allí el señor territorial poseía unas tierras regadas con una noria, uno de los escasos regadíos que había en Benidorm. Esa noria con su balsa y canales para el riego ha existido hasta mediados del siglo XX. Pero este topónimo no tiene ninguna relación con la plaza que nos ocupa porque dicha partida rural estaba muy alejada del casco urbano.


La calle Puente y encima la antigua carretera Alicante-Valencia, hoy día vía de Emilio Ortuño. Desde hace siglos había allí una noria con una balsa para regar los terrenos circundantes.  Eran propiedad directa de los señores territoriales de Benidorm. Por esa causa la zona se denominó “partida de la Senyoria”. Hoy día forma parte del casco urbano pero antiguamente estaba muy alejada del pueblo por lo que no tiene ninguna relación con la Plaça de la Senyoria..

 Volviendo a la actual Plaça de la Senyoria, sabemos que su nombre data de 1958 pero antes  había tenido otros. En 1811 en las actas municipales se indica que era la “placita llamada de la Yglesia, lindante con la Yglesia Vieja” [2]. Se refiere a la iglesia de origen medieval que ya hemos comentado y que según ese texto aún existía en 1811.
En 1925 aparece en las actas municipales con la denominación de “plaza de las Rocas confinante con la ribera del mar” [2]. Ese nombre era un recuerdo de la antigua calle de las Rocas que en 1902 fue rebautizada como Condestable Zaragoza en honor al marinero benidormense Francisco Zaragoza Such que murió en 1898 combatiendo en Santiago de Cuba
Esas eran las denominaciones oficiales pero durante muchos años para los habitantes de Benidorm era la “Replaceta” y también he encontrado escrito el nombre de plaza del Mal Pas, posiblemente por estar encima de esa playa. 
Fotografía del programa de Fiestas Patronales del año 1947. Bajo, a la izquierda, la playa del Mal Pas y encima la Plaça de la Señoria más pequeña por estar ocupada por viviendas. La raya horizontal que se aprecia en la playa debe corresponder con el nido de ametralladoras (popularmente bunker) y justo encima de él estaba el espacio donde actualmente tenemos el monumento “Als morts en la mar”. Un poco más al sur la tubería del "tirador de basuras".

El nombre actual aparece por vez primera en el año 1958 así que no podemos buscar su origen en la época del señorío de Benidorm aunque es evidente que hace referencia a él. Se ha escrito que podría ser el apodo de una persona ya olvidada o de alguna autoridad: “clasificarem el topònim com un malnom si bé cap la possibilitat que siga el tractament d’alguna autoritat que amb el pas del temps s’oblidà” [2].  
Sin embargo yo me inclino por otra hipótesis: el nombre fue una creación del contralmirante Julio Guillén Tato, gran conocedor y admirador de la historia de la villa que empezaba a transformarse en ciudad turística.
El rótulo de la Plaça de la Senyoria aparece en fotografías del año 1961 y fue promovido por Julio Guillén Tato.



Julio Guillén Tato y la Plaça de la Senyoria.
Repasemos brevemente la relación de este ilustre marino con la villa de Benidorm. 
Era el segundo hijo del pintor alicantino Heliodoro Guillén Pedemonti que desde al menos el año 1904 veraneaba en la entonces pequeña villa marítima. Parece que Julio Guillén guardó un grato recuerdo de esos veraneos infantiles porque a partir de la década de 1940 él también eligió Benidorm como lugar de veraneo acompañado de su esposa e hijos.

Julio Guillén Tato (1897-1972) contralmirante e historiador alicantino, miembro de la Real Academia Española, de la Real Academia de la Historia y director del Museo Naval de Madrid donde se conserva este retrato. El libro alude a sus numerosas publicaciones sobre historia naval.


Los vínculos se estrecharon porque en 1950 compró un solar “detrás de la iglesia”, es decir en la actual Plaça de la Senyoria y una casa en la calle Santa Faz en la que acabaría residiendo. También influyó el que muchos marineros de Benidorm habían realizado el servicio militar bajo su mando y le recordaban con respeto. Uno de ellos fue Pedro Zaragoza Orts, que lo hizo en el Museo Naval de Madrid. A finales de 1950 le comunicaba por carta: «Desde hace unos días y por imposición del Sr. Gobernador Civil de esta provincia, soy alcalde de Benidorm» [3]. A partir de ese momento los vínculos personales entre Guillén y Zaragoza se hicieron más fuertes y el almirante colaboró desinteresadamente en las modificaciones urbanísticas del nuevo Benidorm revisando las licencias de obra y sus proyectos. 
Esta colaboración supuso que en 1959 el Ayuntamiento le nombrara hijo adoptivo de Benidorm [4]. Su interés se centró en preservar el casco antiguo que quiso modernizar pero manteniendo sus características de pueblo tradicional. Se lo tomó muy en serio, “hasta el punto de no hacerse nada, en el aspecto urbanístico del núcleo primitivo, que no contara con su venia” [3]. 
Pero los vecinos se quejaron: querían más altura y densidad de edificación y Pedro Zaragoza acabó haciéndoles caso. En el Ayuntamiento dejaron de seguir sus observaciones y Guillén Tato rompió con el alcalde. No pudo soportar las transformaciones del casco antiguo y su pérdida de personalidad. Vendió su casa de la calle Santa Faz y se instaló en una casa de campo de la Almafrà donde una gran "senyera quatribarrada" ondeaba al viento y proclamaba que estaba orgulloso de sus orígenes alicantinos, de su cultura valenciana y de su lengua materna. 

Hoy día los vecinos del casco histórico se lamentan porque se ha vuelto inhabitable y muchos lo han abandonado con pena. El antiguo trazado de las calles se ha mantenido casi sin variaciones (salvo la ampliación de la Plaça de la Senyoria) pero con edificios mucho más altos. Por eso las calles parecen estrechas y ya no son tan soleadas y tranquilas como antes de 1960, cuando los vecinos se conocían todos y podían sentarse en la acera a remendar las redes o a conversar con los transeúntes. Se perdió el carácter tradicional de pueblo que Guillén Tato, Don Julio, como le conocían en Benidorm, quiso preservar. Pero no le hicieron caso y las decisiones urbanísticas de la generación de 1960 han conducido a la situación actual.

Afortunadamente  la Plaça de la Senyoria se ha conservado tal como él la diseñó y eso forma parte de su legado. También le debemos que se pavimentaran el Carreró dels Gats y la Costera del Barco de manera similar a la plaza y en esas dos calles y en la del Mal Pas unos arcos que recuerdan los de las antiguas murallas y les dan aspecto de venerable antigüedad aunque sean de 1959. Estos elementos urbanísticos constituyen un hermoso legado que complementa su obra de prolífico historiador. 

A fines de 1955, Julio Guillén donó al municipio el solar a espaldas de la iglesia y se incluyó el agradecimiento del consistorio en el acta del 13 de enero de 1956. Se utilizó poco más tarde para ampliar la plaza, hacer la casa del párroco y abrir la comunicación entre la nueva plaza y la de Castelar. Fue algo que no acabó de satisfacer a Don Julio: “Yo regalé el solar de casi toda la plaza al Ayuntamiento con la obligación de que fuese todo para plaza” [3]. De todas formas la comunicación entre las dos plazas ha favorecido a benidormenses y visitantes por lo que no lamentamos que no se le hiciera caso en este aspecto concreto. 

Queda claro que Julio Guillén Tato tuvo mucho que ver con la creación de esta plaza. Las actas municipales no indican por qué le pusieron su nombre actual. Pero tenemos el testimonio oral de Pedro Zaragoza indicando que fue una petición del almirante. Aparte de Guillén Tato, cronista oficial de la villa y conocedor de su historia, pocas personas de Benidorm entendían el significado de la palabra “Senyoria” que durante los primeros 500 años de su existencia fue su característica esencial... 
Fotografía de Carol Baldwin del año 1958. Vemos la Replaceta que después se llamó Plaza de la Senyoria. A la izquierda la antigua barandilla, sustituida después por la actual balaustrada.


Inicio de las obras en la Plaza de la Senyoria. Se derrocó la casa que donó Guillén Tato y que sirvió para darle más amplitud y comunicarla con la Plaza Castelar.



Según se indica en el acta del pleno municipal del 10 de mayo de 1955 se aprobó el proyecto de urbanización de una plaza detrás de la Iglesia Parroquial con parque y jardines, que es la actual plaza de la Señoría. Había sido redactado por el arquitecto Francisco Muñoz Llorens y su coste era de 35.280,20 pts. pero para mejorarlo se decidió aplicar también el sobrante del presupuesto último liquidado que eran 40.520,20 pts. Se incluía un expediente de enajenación de tres parcelas declaradas sobrantes de la vía pública como consecuencia del Proyecto de Urbanización de dicha plaza. Se aplicó la expropiación forzosa, una fórmula muy poco utilizada en el Benidorm de aquellos años. Finalmente la urbanización de la plaza finalizó en 1959 y el coste ascendió a 101.052,50 pesetas según se indicaba en 1960 [5] y en junio de 1961 se encargó a la empresa SICOP SA la colocación del alumbrado por importe de 10.573,30 pts.
El almirante Julio Guillén Tato diseñó y ejecutó personalmente el pavimento de cantos rodados de varios colores que aún podemos observar; contó con la ayuda de sus hijos. Los motivos decorativos son una rosa de los vientos y otros elementos náuticos. Sus formas geométricas recuerdan los antiguos mosaicos romanos. También realizó el diseño del rótulo del nombre de la plaza, pintándolo él y enviándolo a la fábrica de azulejos donde los confeccionaban.



En el extremo sur de la Plaça de la Senyoria observamos dos de sus elementos más significativos: junto a la iglesia la fuente de agua del suministro inaugurado en 1960 y en el lado de poniente un monumento recordando el doloroso tributo pagado por Benidorm en su secular dedicación al mar: “Als morts en la mar”. Primero se ejecutó la estructura de granito, faltando por añadir el grupo escultórico de bronce y la placa conmemorativa del mismo material.




Dos elementos característicos de la Plaça de la Senyoria.
En esta plaza hay dos elementos destacables: la fuente de agua potable y el monumento “Als morts en la mar”. 

a) La fuente de agua potable.
El espacio triangular que quedó entre la plazoleta y la iglesia se aprovechó para construir una fuente con un monolito y un ancla que aluden a la tradición marinera de Benidorm. También se instaló una fuente de agua potable hoy día en desuso pero que es de las pocas que se conservan de aquella época. Nos recuerda que en 1960 se ponía fin a la secular carestía de agua potable de Benidorm y se contaba, por fin, con un suministro permanente, suficiente y de calidad. Se había logrado después de casi 9 años de grandes dificultades por la falta de financiación y gestiones burocráticas seguidas por unos trabajos de ejecución que se antojaron muy lentos. 
Traer agua desde el pozo Rabasa en el municipio de Polop fue un empeño personal de Pedro Zaragoza que contó con la colaboración entusiasta de muchos. Pero la dilación en conseguir ese objetivo convirtió en escépticas a algunas personas. Una de ellas le espetó: “De ilusión también se vive”, frase que en 1960 mandó grabar en una piedra que se colocó en la fuente del Parque de Elche.




La emoción del momento fue recogida en las actas de la Comisión Municipal Permanente en su sesión del día 13 de enero de 1960 cuando empezó a llenarse el depósito de agua potable ubicado en la actual ETAP (Estación de Tratamiento de Aguas Potables): 
Dada cuenta de la llegada del agua potable al Depósito de Alimentación el pasado día 10 a las dieciséis horas veinte minutos, la Comisión Municipal Permanente desea hacer constar en acta su satisfacción por este hecho, primer jalón de trascendencia en las obras realizadas a tal fin y que tantos desvelos ha supuesto y supone para esta Corporación por la envergadura de las mismas y la trascendencia que la culminación de ellas encierra para Benidorm. Cree hacerse eco con ello del sentir general ya que el mayor anhelo de esta villa de siempre y con mayor intensidad en estos últimos tiempos ha sido ver solucionado de manera definitiva el problema del abastecimiento del agua” 
Su inauguración oficial se realizó el 28 de febrero de 1960. No se escatimaron medios y contó con la presencia del ministro de Obras Públicas Jorge Vigón, del ministro de Industria Joaquín Planell, de numerosas autoridades y la participación en masa y con gran entusiasmo del pueblo de Benidorm. Tras un Te Deum de acción de gracias en la iglesia de Sant Jaume acudieron al Parque de Elche para la puesta en marcha de una fuente. Primero fue bendecida por el obispo de Alicante, Pablo Barrachina Estevan, y luego el ministro de Obras Públicas accionó el dispositivo eléctrico que puso en marcha la fuente luminosa [6]. 
Fue “una fecha histórica en los anales de Benidorm” según el Boletín del Ayuntamiento. El pueblo entero estaba emocionado. En la entrevista citada anteriormente Encarnación Lloret Devesa decía: “y ahora Pedro Zaragoza ha conseguido que llegue el agua. Toda la vida hemos esperado en Benidorm que llegara el agua. Lloramos cuando el sueño se hizo realidad.
Pero ese día fue más la alegría por una esperanza cierta que por una realidad: el agua potable del depósito municipal aún tardaría casi dos años en llegar a todos los domicilios del centro y bastante más a los periféricos... 
En la sesión del pleno municipal del 26 de abril de ese año 1960 se indicaba que se había redactado “el Proyecto de Distribución de Agua Potable por el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Señor don José Aracil Segura; proyecto que sometido a estudio, es aprobado” [7]. Se indicaba que la Comisión de Hacienda debería estudiar la forma de pagar la red de distribución dentro de la ciudad. Eso suponía que las obras tardarían un tiempo en ponerse en marcha.


Mientras llegaba ese momento y como medida provisional se pusieron fuentes públicas en las calles y los vecinos podían servirse de ellas de forma gratuita. Por eso se registraron numerosas solicitudes de fuentes, que el Ayuntamiento concedía si eran sufragadas por los solicitantes. 
Esta fuente de la Plaça de la Senyoria fue una de ellas, y es una de las pocas que sobreviven. Sin embargo no hay ningún rótulo que lo indique y pasa desapercibida a pesar de ser un interesante testimonio de aquellos hechos ocurridos hace casi 60 años. Actualmente está inutilizada y la atención del visitante se fija en la fuente ornamental situada más atrás. Su vaso triangular estaba alicatado en azul y lleno de agua aunque hoy día se ha llenado de tierra y está ajardinado. Constituye un homenaje de “El pueblo de Benidorm al arma submarina” según indica el cartel que se ve al fondo, fechado en 1995. Sin embargo la fuente y el ancla aparecen en fotografías de la década de 1960 por lo que el monumento y la fuente de agua potable se construyeron poco después de finalizada la plaza.


La fuente en su estado actual dificulta recordar su primitiva función. El rótulo del fondo indica: ”El pueblo de Benidorm al arma submarina. Benidorm, noviembre 1995. En recuerdo al homenaje tributado el día 14 de noviembre de 1981 en presencia del submarino S-34 «Cosme García»”. Pero no hay ninguna explicación sobre la fuente de agua potable y la gran importancia histórica de aquel suministro inaugurado en 1960.


b) Monumento “Als morts en la mar”.
El segundo elemento destacado de esta plaza es el monumento “Als morts en la mar”. El pleno municipal del 28 noviembre de 1961 aprobó su construcción y encargó al escultor Juan de Ávalos y Taborda que confeccionase un boceto. Era en aquellos momentos un artista muy valorado porque se le había encomendado la decoración escultórica del Valle de los Caídos. 
El acta de dicho pleno indica: “MONUMENTO A GENTES DEL MAR. El señor Alcalde hizo uso de la palabra para proponer a los señores Concejales la conveniencia de que esta Villa, por su gran tradición y honda raigambre marinera, erija un monumento que sirva de homenaje y recuerdo a todos sus hijos que perecieron en las faenas del mar. Propuso que el mismo podría situarse en la llamada plaza de la Señoría o del Mal Pas por su adecuada orientación hacia el mar. Los señores Concejales aceptaron la propuesta por unanimidad  y se acordó que se encargue al distinguido y prestigioso escultor señor Ávalos la confección de un boceto de proyecto que pueda servir como base para la construcción de dicha obra” [7]. 
En 1965, en el discurso de Pedro Zaragoza el día de la inauguración del monumento se indicaba su sentido: “En todas las familias de Benidorm hay algún muerto en el mar, y por ello, al decidir la erección de este monumento, teníamos la conciencia de cumplir un deber moral con nuestra tradición y de saldar una vieja deuda con los mejores de los nuestros” [8].

Primero se construyó la parte de granito que tenía a la vez forma de cruz y de ancla, aludiendo a la muerte y al mar. Ese simbolismo se reforzaba porque su pedestal sobresalía como la proa de una embarcación sobre el agua de la base, un estanque que simbolizaba el mar. 


Juan de Ávalos diseñó una estructura en piedra para sustentar el grupo escultórico de bronce que representaba a dos pescadores. La forma de cruz y ancla reforzaba su significado trágico. Eligió la piedra de granito como en el Valle de los Caídos.

El proyecto se completaba con un grupo escultórico de bronce representando a un marinero en pie sosteniendo el cuerpo de un compañero muerto en el mar. Se encargó a Juan de Ávalos una pieza única, es decir que al finalizarla debía romper el molde para no poder hacer copias. Eso aumentaba su valor pero también su coste económico, 400.000 pesetas. El Ayuntamiento aprobó aportar 100.000 y abrir una suscripción popular para financiar el resto. La población colaboró y el Boletín Municipal presentaba relaciones de vecinos con las cantidades que aportaban; el 30 de septiembre de 1962 informaba que se había recaudado 255.661 pesetas. 

La fotografía de Simeón muestra todos los elementos simbólicos de este monumento: cruz, ancla, proa y el grupo de bronce con el marinero sosteniendo el cadáver de su compañero.


Finalmente se pudo inaugurar oficialmente el 23 de mayo de 1965. El acto estuvo presidido por el ministro de Marina, el almirante Pedro Nieto Antúnez, acompañado por muchas otras autoridades civiles y militares. También acudieron a Benidorm ocho buques de guerra, cinco españoles y tres en representación de Italia, Francia y Marruecos. Según contaba el Boletín Municipal el ministro retiró la bandera española que cubría el monumento y luego se depositaron diversas coronas en honor a los marineros muertos en el Mediterráneo [8]. 


Buques de guerra de varias nacionalidades anclaron en la bahía de Benidorm para participar en el homenaje a todos los muertos en el mar Mediterráneo.




Y como conclusión...  
Esta es, a grandes rasgos, la pequeña historia de un singular rincón de Benidorm que ningún visitante debería ignorar. Un lugar tranquilo y original donde, sentados en sus bancos de piedra, podemos evocar muchas historias del pasado, de gentes de la mar y de la tierra. Y también un excelente mirador del puerto y la playa de Poniente. Siguen celebrándose actos oficiales como la entrega de coronas de laurel en recuerdo de los muertos en el Mediterráneo durante las fiestas patronales. Pero también hay una vida interesante en los rincones de este espacio tranquilo, por ejemplo en sus restaurantes y bares. Una tranquilidad que se rompe esporádicamente por actividades festivas como algunos conciertos y, en las noches de verano, una vistosa feria de artesanía. 



NOTAS:

[1] Boletín Municipal nº 68

[2] Alminyana Orozco, P.: "“Els topònimis de Benidorm (1321-1955)”. Ayuntamiento de Benidorm. 2001.

[3] Ramos Pérez, V.: “El almirante y polígrafo Julio Guillén Tato”. Institución Alfonso el Magnánimo, Valencia 1976

[4] Boletín Municipal nº 5.

[5] Boletín Municipal nº 6

[6] Boletín Municipal nº 7

[7] Archivo Municipal de Benidorm

[8] Boletín Municipal nº 69


martes, 5 de noviembre de 2019

¿Por qué fracasó la Carta Puebla de Benidorm del año 1325?

¿Por qué fracasó la Carta Puebla de Benidorm del año 1325?





La Carta Puebla de Benidorm de 1325 tenía como objetivo repoblar Benidorm y fue un buen instrumento porque daba facilidades económicas a los posibles repobladores: no se pagaban censos ni "peita" por las tierras, el agua de riego era gratuita. El puerto estaba exento de tributos y se convirtió en una salida interesante para productos del interior, por ejemplo de Guadalest, Callosa e incluso de Bellaguarda (Altea) que también tenía puerto.
Sin embargo aunque el nuevo Benidorm empezó bien, la situación cambió para mal en la segunda mitad del siglo XIV y empeoró en la segunda mitad del XV. La causa estuvo en la conjunción de tres fenómenos: 
a) La caída de la producción agrícola ayudada por la secular escasez de agua. 
b) El descenso del número de sus habitantes como consecuencia de la crisis agrícola.  
c) Tener pocos habitantes supuso menor capacidad de defensa, una debilidad que fue aprovechada por los corsarios para atacar sin piedad. 
El resultado: Benidorm se despobló al empezar el siglo XVI y  la Carta Puebla de 1325 dejó de regular su vida. 

Francisco Amillo Alegre


En Benidorm, en la semana del 8 de mayo, se realizan varias actividades culturales relacionadas con la Carta Puebla que ese día del año 1325 le otorgó Bernat de Sarriá. Su culminación suele ser la escenificación de la entrega de dicha Carta. La realizan actores aficionados de la Asociación de Peñas desde hace 27 años . Es sin lugar a dudas una iniciativa excelente porque supone divulgar la historia de nuestra ciudad. 


Así imaginó el pintor Ribes Sogorb la entrega de la Carta Puebla de Benidorm realizada por Bernat de Sarrià.  Se realizó en la ciudad de Valencia el 8 de mayo de 1325.

Pero, desde que se redactó el texto de la escenificación hasta hoy, la investigación histórica ha progresado y convendría actualizar este evento incluyendo también la segunda Carta Puebla de Benidorm, la del 8 de abril 1666 otorgada por Beatriz Fajardo de Mendoza. 
Avanzo ahora una idea que desarrollaré más adelante: la Carta de Bernat de Sarriá estuvo en vigor 178 años, hasta el 1503. En este año o muy poco después el municipio de Benidorm desapareció. La Carta de Beatriz Fajardo duró casi el mismo tiempo, los 170 años que van de 1666 a 1836. Dejó de estar en vigor porque en este último año fue abolido definitivamente el Régimen Señorial y con él cesaba la vigencia de las antiguas cartas pueblas. 
Esto significa que ambas cartas crearon un municipio y tuvieron similar vigencia temporal. Pero con una diferencia muy importante: el municipio fundado en 1666 ha continuado hasta el presente. Del municipio medieval no ha quedado absolutamente nada: fue arrasado completamente en el siglo XVI y sólo sobrevive su recuerdo en el topónimo Plaça del Castell y en las ruinas de su subsuelo.


Derecha: escudo de armas de Bernat de Sarriá con las conchas de la villa de Sarriá. 
Izquierda: escudo de armas de Beatriz  Fajardo dibujado por Natividad Climent según indicaciones de Pere Maria Orts.


Hay tres ediciones de la Carta Puebla de Bernat de Sarriá: la de Pere Maria Orts y Bosch en 1976 [1], la del Ayuntamiento de Benidorm de 1988 [2] y la de Carlos Sáez en 1994 [3]. Las dos primeras van precedidas por estudios muy documentados y con datos interesantes: la biografía de Bernat de Sarriá, el contexto histórico de la Carta Puebla, su estructura y contenido, las vicisitudes del pergamino de 1430 y su compra por un vecino de Benidorm, además del estudio paleográfico y diplomático del texto. Cómo se puede comprobar por esta simple enumeración se ha escrito mucho sobre la Carta y creo que no tiene sentido repetir nada de lo ya publicado. Por lo tanto intentaré añadir elementos aportados por las nuevas investigaciones y me centraré en las peculiaridades de esta Carta, sus consecuencias y por qué dejó de tener validez.


Datos y dudas sobre la Carta Puebla de 1325.
Una de las dudas que plantea la Carta de 1325 está al principio del documento cuando dice que Bernat de Sarriá manda constituir y edificar de nuevo la villa de Benidorm: “in villa seu loco dicto et nominato de Benidorm, quem seu quam, noverit ad honorem et servicium Dei et glorióse virginis Marie genitricis, constituhi et hedificari mandamus”. 
El pueblo ya se había creado anteriormente pero ahora se manda "constituir y edificar". Eso implica varias posibilidades: que se había abandonado, que había sido destruido o que tenía muy pocos habitantes y Bernat de Sarriá buscaba atraer más pobladores. Poco después, el 26 de julio del mismo año, el rey Jaume II confirmaba los privilegios concedidos en la Carta Puebla  a los que habían acudido y acudían a Benidorm, añadiendo que tenían que poblarlo nuevamente: “locum vocatum de Benidorm qui noviter populati debent” [4]. 
Hay otros documentos que nos confirman que Benidorm ya existía antes del 1325. El 21 de julio de 1321 Bernat de Sarriá había vendido la nuda propiedad de sus señoríos al infante Pere d’Aragó i Anjou y se reservó el usufructo de por vida. La palabra utilizada fue “donación” pero en realidad era una venta en la cual el comprador tomaría posesión de los señoríos a la muerte del vendedor. 
Se confirmaba por un documento del 16 de abril de 1325 firmado por Jaume II en el Palau del Real de Valencia. El rey aceptaba la venta y decía que Bernat de Sarriá percibiría 100.000 sueldos de Barcelona como violario, es decir como renta vitalicia: “centum millem solidorum Barchinone ad violarium” [5]. Así pues está claro que se trató de una venta, no de una donación y que en el momento de la promulgación de la Carta Puebla la nuda propiedad de Benidorm ya había pasado al infante Pere desde hacía casi cuatro años. Lo sabemos porque la documentación que generó la mencionada venta dice que en 1321 ya existían el castillo y el pueblo de Benidorm y se incluyen en la relación de lugares vendidos: “et de castrum et populam de Benidorm” [6]. Al año siguiente, en los idus de octubre (día 15) de 1322 el rey Jaime II aprobaba en Barcelona la venta de Bernat de Sarriá y se citan nuevamente el pueblo y el castillo de Benidorm. 
Por otro lado en 1316 se cita la iglesia de Benidorm como dependiente de la parroquia de Polop [7]. Algunas personas dudan de la veracidad de este dato. Si fuese cierto resultaría evidente que Bernat de Sarriá mandó edificar la iglesia porque había un pueblo con unos habitantes que necesitaban este servicio religioso. Pero lo que sí está claro es que en 1325, cuando se otorgó la Carta Puebla, Benidorm ya existía desde varios años antes. 

Hay otro aspecto que la investigación histórica ha puesto de manifiesto: en 1312 Bernat de Sarriá perdió la Vila Joiosa en un pleito [8]. Para compensar esta pérdida creó Benidorm entre 1312 y 1320. Había fundado la Vila Joiosa en 1300 como pueblo cristiano para  cobrar más rentas señoriales, controlar la numerosa población mudéjar del interior y rechazar ataques corsarios. Pero los antiguos vasallos no guardaban buen recuerdo de Bernat de Sarriá y que dejara de ser su señor debió suponerles un alivio. Se deduce del hecho siguiente: el 23 de julio de 1327 los vecinos de la Vila Joiosa no dejaron entrar en esta localidad a Isabel de Cabrera, su esposa [9] lo que evidenciaba un gran malestar hacia su anterior señor territorial.

Tras la venta de sus señoríos Bernat de Sarriá seguía cobrando a sus vasallos las rentas feudales pactadas. Ignoramos las que cobraba en Benidorm. Hay un documento firmado pocos días antes de otorgar la Carta Puebla que indicaba las rentas que percibía en sus dominios. En Polop, La Nucia y Liriet cobraba 7.251 sueldos y 15 dineros:   “Item castri de Polop cum eius ravallo et alcharearum de la Nucia et de Lirieto in termino ipsius castri constitutarum septem millem ducentos quinquaginta unum solidos quinque denarios” [4]. 
No se indican las rentas de Benidorm lo cual nos plantea interrogantes. Una posibilidad es no citarlo porque estaba integrado en Polop y no era un municipio independiente, pero parece poco probable porque se cita la alquería de Liriet, de menor tamaño. La otra posibilidad es que no producía rentas a causa de su escasa población y Bernat de Sarriá  quiso remediarlo mediante la Carta Puebla.

Otro aspecto llamativo de esta Carta es que no se citan nominalmente todos los vasallos que vivirían en la nueva villa. Esa era la costumbre y Benidorm es una de las escasas excepciones. También es anómalo que la carta se firmara en Valencia y no en Benidorm. 
Desconocemos la explicación de estos hechos pero también se puede atribuir al escaso número de habitantes, insuficiente para que la villa fuera económicamente viable. Por eso parece razonable suponer que Bernat de Sarriá, con las condiciones favorables de la Carta, esperaba atraer más pobladores. Así parece deducirse del documento ya citado que el rey Jaime II firmó en Tarazona el 26 julio de 1325. Confirmaba las exenciones fiscales otorgadas por Bernat de Sarriá en Benidorm: “amb el present privilegi, vàlid per sempre, fem francs, lliures i immunes a tots i cadascun dels pobladors que a aquest lloc de Benidorm són vinguts o venen a poblar, tant cristians com sarraïns, i als seus successors que habitaren en aquest poble” [4]. 
Sólo los cristianos vivieron dentro de las murallas de Benidorm. No nos consta que los mudéjares, denominados sarracenos en el texto, vivieran allí, ni tampoco en alquerías como el Albir o Lliriet. Pero la Carta Puebla sí contemplaba esta posibilidad y cita la regalía de los baños, un elemento de carácter religioso típico de las cartas de población musulmanas. 


Algunos aspectos económicos de la Carta Puebla.
La Carta de 1325 intentaba organizar la vida económica del nuevo municipio. Había un problema: era un lugar con escasez de agua y no permitía que la agricultura, la principal fuente de riqueza de la época, fuera muy rentable. Aunque se exportaban productos de secano (higos secos, pasas y vino) que producían dinero en efectivo, el regadío era imprescindible para el autoconsumo de los agricultores.
La Carta indicaba que las aguas y sus conducciones estaban libres de impuestos: “Tendréis de igual manera aguas, acequias y conducciones de aguas a vuestras tierras libres de cualquier censo, tributo, servicio o cualquier otra servidumbre, para regar vuestras heredados y para vuestros restantes servicios”. Se habla de las “ducciones aquarum” que seguramente serían las conducciones subterráneas que en valenciano se denominan “alcavons”, un elemento importante de nuestro patrimonio hidráulico tradicional. Es posible que estas infraestructuras fueran construidas por orden de Bernat de Sarriá y está claro que cedió su uso a los vecinos. Además se dice que los pobladores pagarán por tierras de regadío y secano sólo una vez, al recibirlas. Por tanto en 1325 había tierras de regadío aunque ignoramos su extensión. 
En 1328 Bernat de Sarriá proyectó la fundación dentro de las murallas de Benidorm de un convento de agustinos que nunca se hizo. Pero en la carta que envió a la orden indicaba que había mandado plantar viñas e higueras lo cual nos indica una agricultura de secano. Para su autoconsumo el convento tendría un huerto con agua de un pozo y de una fuente [10]. 

Parece que las rentas agrícolas crecieron poco después de 1325 aunque no tenemos datos. Sí sabemos que su decadencia se produjo a partir de la Guerra dels dos Peres, especialmente en 1369. Las tropas castellanas causaron graves daños en las infraestructuras de la comarca. Pasados unos años sus pueblos se recuperaron con dos excepciones: Bellaguarda (actual Altea) y Benidorm. El estudio de las rentas señoriales pone de manifiesto que en los dos pueblos los ingresos por la agricultura menguaron progresivamente a partir de estos años. En Benidorm esta pobreza agrícola de las décadas finales del siglo XIV es un hecho que como veremos, tuvo consecuencias importantes.


El puerto del Benidorm medieval.
La actividad marítima compensó la menor rentabilidad de la agricultura de Benidorm. 
En primer lugar tenemos la pesca, importante a pesar de que la Carta establecía pagar el diezmo del pescado al señor territorial: “tengáis franca y libre la pesca del mar, concediéndome a mí y a mis sucesores la décima parte”. El batle era el encargado de controlar el mencionado impuesto y la documentación fiscal así lo atestigua: en Benidorm los ingresos señoriales por la pesca multiplicaban por 5 o por 6 los de la agricultura y la diferencia aumentaba con el paso del tiempo. Entre las especies capturadas se indican los atunes en los siglos XIV y XV. 


Imagen de Benidorm a principios del siglo XX. Desde la Edad Media las actividades marítimas, pesca y comercio, eran muy importantes. Fuente: Archivo Municipal de Benidorm


El comercio marítimo sí estaba libre de cargas señoriales: la Carta permitía que los vecinos de Benidorm dispusieran “del puerto y de las playas para cargar y descargar, llenar o vaciar naves, navegar, transportar y exportar bienes, mercancías y cuánto quisieseis hacia cualquier parte que deseaseis, sin ningún censo, tributo [...] excepto el que corresponda al Señor Rey”. 
Este detalle del rey es interesante porque los impuestos de la corona sí se tenían que pagar. Por ejemplo, en 1373 el Mestre Racional, que administraba las finanzas reales, indicaba que había recibido 180 sueldos enviados por el alcaid de Benidorm. Era el diezmo por cinco musulmanes que el corsario de Benidorm Johan Martí subastó en esta población después de haberlos capturado en Berbería. Respecto al apellido del corsario se han dado dos transcripciones diferentes: Martí según José Hinojosa Montalvo y Maror según Andrés Díaz Borrás [11]. 

La exención fiscal del puerto explica que el comercio fuera una actividad rentable en los siglos XIV y XV. Las comunicaciones terrestres eran en esa época extremadamente deficientes y el transporte por mar era la vía más rentable para las exportaciones de la Marina Baixa.

En varios documentos se indica que en Valencia se utilizó piedra de Benidorm. Así se hizo en las torres de Serranos entre 1392 y 1398 o en la capilla de San Vicente Mártir de la catedral de Valencia. Además en 1440 se exportó piedra blanca de excelente calidad con destino a la capilla del hospital psiquiátrico de Valencia, uno de los más antiguos de Europa, el “Hospital dels Inocents o de Folls” [12]. Se exportaba por el puerto de Benidorm por ser más barato a causa de la franquicia otorgada por la Carta Puebla.

Por el puerto de Benidorm se exportaban también pasas que producían los mudéjares del interior. Se denominaba “pansa de Polop” aunque estuviera producida en otros lugares como por ejemplo el valle de Guadalest así que era un tipo de pasa de la comarca, no sólo de Polop: “de pansa de Polop bona et receptibili, de collecte predictarum vallium [de Guadalest]” [13]. El mismo documento nos confirma la existencia en Benidorm del puerto al que alude la Carta Puebla: “in portico sive carregador maris loci vel castri de Benidorm”. Está claro que Benidorm no tenía puerto tal como lo entendemos actualmente: las naves mercantes anclaban cerca de la playa y las mercancías se trasladaron a ellas mediante barcas. 

Hay otro documento sobre el comercio de pasas que nos explica qué era realmente el puerto de Benidorm y además aparecen los nombres de tres de sus habitantes. 
El 23 de marzo de 1446 el mercader Gabriel Palau y Ramón Avellà acudieron al  “port i carregador del mar” de Benidorm. Acudieron al batle de Benidorm, Anthoni Rajadre, como persona con jurisdicción y buscaron un testigo imparcial de la villa denominado Lluís Madriç. Protestaron contra Joan Eximeno, patrón del barco “Sent Johan” y contra sus dos propietarios, los valencianos Francesc Mascarós i Lluís Johan. Los damnificados indicaban que habían acudido a Benidorm para cargar en el “Sent Johan” 400 quintales de pasas de Polop que los demandados se habían comprometido ante notario a comprar. Avisaron al patrón que las pasas estaban en el “carregador” de Benidorm guardadas en una  barraca, que en eso consistía el puerto. Por razones que no se explican el patrón no quiso esperar ni cargar la mercancía. Mandó levar anclas “ab molta cólera i iniquitat” y partió rumbo a Alicante. Se mojó una buena parte de la carga “que es en punt de perdre’s en culpa del dit patro”. Ramon Avellà y Gabriel Palau reclamaban que este perjuicio se cargara a los propietarios y al patrón de la nave y que quedara constancia escrita del hecho. Como testigos firmaron Francés Malonda, encargado del hostal de Benidorm, y Anthoni Vilar mercader de la Vila Joiosa [14].
Finalmente, parece útil citar a José Hinojosa que incluye en Benidorm entre los puertos importantes de la provincia precisamente por la exportación de pasas: Hay que subrayar la importancia que en la segunda mitad del siglo XV adquirieron los puertos de la costa valenciana meridional como escala hacia Andalucía: Jávea, Benidorm, Vila Joiosa o Alicante,donde se cargaban pasas y frutos secos” [15].


El fracaso final de la Carta Puebla de 1325.
Benidorm se construyó en lo alto del promontorio de Canfali, con su castillo en el lado sur, el del mar. Su altura y estar rodeado de mar por tres lados favorecían su defensa en una época de frecuentes ataques corsarios. A pesar de esto el fracaso de la obra de Bernat de Sarriá se debió a la débil defensa del Benidorm medieval: tenía muy pocos habitantes que lo defendieran.

El municipio creado por Bernat de Sarriá era pequeño. Hay datos que nos informan del escaso espacio disponible dentro del recinto defensivo. En el siglo XVI la villa estaba despoblada, sus casas hundidas y se había borrado la estructura urbana de calles y plazas. Pero seguía conservando sus murallas así que el espacio intramuros era el mismo que e la Edad Media. En 1575 dentro de este espacio según Luis Fajardo, señor de Benidorm, había lugar para construir 50 casas [16] y este fue posiblemente el máximo de familias que podían vivir en el Benidorm medieval. Por otro lado un informe de Pedro Gamir del año 1584 sobre la almadraba de Benidorm indicaba que el pueblo era pequeño: el mencionado año no se pudo pescar “por estar allí alojada una compañia de infanteria y no havia lugar para la gente de la almadrava por ser muy angosto y sin casas”  [17].
En cincuenta casas podrían vivir unos 225 habitantes, cifra que no sabemos si se logró en la Edad Media. Sí sabemos que su población en 1381 era de 10 familias, unos 45 habitantes que a finales del siglo XV acabaron reducidas a 6. Por tanto el propósito de Bernat de Sarriá de atraer población mediante la Carta de 1325 fracasó. Y con la demografía se hundió la capacidad defensiva de la villa.

Porque además de la escasez de agua, otro factor que hacía poco atractivo al Benidorm medieval era el constante peligro de los corsarios berberiscos que podían llevarse cautivos a sus habitantes y apoderarse de todo lo que pudieran transportar: cosechas, animales, etc. La defensa constituía un elemento esencial para la supervivencia y la Carta Puebla concedía a los vecinos de Benidorm más exenciones fiscales que otras de su entorno a cambio de contribuir a la defensa de su término municipal que incluía el Albir, l'Alfàs del Pi y parte de la Nucia. Se favorecía a Benidorm, poblado exclusivamente con cristianos, porque en aquellos momentos Polop tenía mayoría de población mudéjar. La nueva villa de Benidorm tendría que controlar todo el litoral desde la Cala de Finestrat hasta el final del Albir e impedir no solo los desembarcos de corsarios sino también la fuga de mudéjares del interior. Una misión casi imposible y peligrosa con tanto territorio y tan pocos habitantes.


Las excavaciones arqueológicas hechas en la Plaça del Castell de Benidorm este verano de 2019 han mostrado los cimientos del castillo de origen medieval, siendo los más antiguos del siglo XIV. Por su grado de conservación destaca el aljibe, probablemente de origen medieval. Fotografía del Ayuntamiento de Benidorm.


La escasez de defensores explica la tragedia de Benidorm en el siglo XV: en 1442, 1447, 1448 y 1450 los corsarios berberiscos se llevaron cautivos todos sus habitantes. En los cuatro ataques la documentación indica que el pueblo quedó vacío: “es romes desert per la presó dels moros, pocs dies ha, feta” [17].
Algunos de sus habitantes volvieron las cuatro veces después de haber pagado el rescate, lo cual implicó que se arruinaran. Un ejemplo fue el citado Lluis Madriç que en 1447 se quedó sin dinero después de pagar el rescate de su mujer y él fue rescatado cuatro años más tarde con la ayuda de su hermano que vivía en Valencia. 
No obstante, no volvieron todos y la población se redujo a 6 familias. Finalmente, a principios del siglo XVI, todos sus habitantes lo abandonaron. En 1503 los turcos iniciaron una campaña de saqueos por el litoral del Reino de Valencia; entre 100 y 180 musulmanes atacaron Benidorm el 13 de abril. Las 6 familias que lo habitaban suponían unas 27 personas y, descontando mujeres, ancianos y niños, las que estaban en disposición de defender el pueblo poco podían hacer. Para Benidorm este quinto ataque fue definitivo: sus habitantes se fueron a la Vila Joiosa y vivían allí por miedo a los corsarios norteafricanos: "Los forasters habitans en la propia vila [la Vila Joiosa] que no tenen cases ni terres perque son de Benidorm i de altres llocs per causa dels moros".

Benidorm perdió sus habitantes y su término municipal fue absorbido por Polop que a lo largo del siglo XVI ganaba población cristiana. La Carta Puebla de 1325 carecía ya de sentido. Parece que dieciocho años después su señor territorial quiso repoblarlo. Tenemos un indicio que apunta en ese sentido: el 27 de abril de 1521 Alfonso Fajardo, "Senyor de les Baronies de Polop e de Benidorm", solicitaba al Gobernador General de Valencia que se hiciera un traslado (copia) de la Carta Puebla de 1325 para que no se perdiera y porque necesitaba sacar algunas copias fehacientes: "té necessitat de alguns translats del dit privilegi, e, perquè aquell n·s perda e stiga conservat, requir a Vostra Snyoria mane al scrivà de vostra cort que registre dit translat autentich en los libres de registre de vostra cort e de allí ne done tants transllats auctèntics e fefaents com sien menester".

Lo que tenía Alfonso Fajardo no era el original de la Carta de 1325, que se había perdido, sino un traslado en pergamino del año 1430 y quería sacar algunas copias fehacientes. ¿Por qué? El traslado de 1430 se hizo el mismo año que Ruy Díaz de Mendoza compraba el señorío de Benidorm y parece normal que se hicieran copias para el nuevo señor. Esta circunstancia de cambio de propiedad en el señorío no concurría en abril de 1521 por lo que resulta verosímil suponer que Alfonso Fajardo tenía intención de repoblar Benidorm con la Carta de 1325 que, como ya hemos visto, era generosa en sus exenciones fiscales y por tanto podía atraer nuevos habitantes. No obstante, la guerra de les Germanies pocos meses después impidió que este proyecto se materializara. 
Aprovechando este conflicto entre cristianos, los corsarios musulmanes ocuparon Benidorm durante dos días y antes de abandonarlo incendiaron y destruyeron todo lo que pudieron, un panorama nada atractivo para posibles repobladores que nunca llegaron. La Carta Puebla de Bernat de Sarriá ya no se utilizaría nunca más. 

A principios del siglo XIV Bernat de Sarriá había creado en Benidorm dos entidades materiales: un pueblo y un castillo. También creó dos entidades jurídicas: un municipio y un señorío. En 1503 o poco después desapareció el municipio que fue absorbido por Polop. Poco a poco las casas deshabitadas se fueron desmoronando o fueron destruidas en 1521 por los corsarios. Posteriormente se restauraron sólo el castillo y las murallas de la villa. Ambos jugaron un importante papel en la defensa del territorio: en el castillo  hubo siempre un contingente de 5 o 6 vigilantes que daban la alarma si descubrían naves sospechosas. 
También seguía existiendo el señorío. En la documentación se cita la “casa de la senyoria”, sede del batle que  representaba al señor territorial y cobraba los tributos que generaba el señorío. Había pescadores en la temporada invernal así que el diezmo del pescado continuó como ingreso señorial.
Estos dos elementos, castillo y señorío, mantuvieron en Benidorm una población testimonial: todo el año el batle y los encargados de la vigilancia y unos meses los pescadores. Castillo y señorío evitaron que Benidorm desapareciera totalmente como otras poblaciones de la Edad Media, por ejemplo Ifach o Albalat. 

En el siglo XVI los ataques corsarios en nuestra comarca fueron intensos y duros. Benidorm fue destruido por ellos en tres ocasiones y el Reino de Valencia lo reconstruyó otras tantas. También levantó, en los dos extremos de la Serra Helada, las torres de vigía de la Bombarda y Caletes. 
Tras la expulsión de los moriscos en 1609 el peligro corsario sobre el litoral de la Marina Baixa no desapareció pero remitió lentamente. Esto explica que Benidorm se volviera a habitar y que en 1646 tuviera 11 vecinos. Sus nombres, respetando la grafía de la época excepto en las mayúsculas, eran:
Frances Llorca,
Joseph Linares, 
Miquel Mingot, 
Jasinto Saragossa,
Pere Mingot,
Joseph Gurembell,
Milchior Lopes,
Francisco de Miquel Deuessa (Devesa)
Guillem Fluixa,
Miquel Fluixa,
Alexandre Ripoll.
Estos vecinos no pertenecían al municipio de Benidorm sino al de Polop; era una pedanía como Xirles y la Nucia. 
Veinte años más tarde Benidorm volvió a ser un municipio independiente pero no con la Carta de 1325, que ya estaba olvidada, sino con una nueva, la de 1666. Las generosas exenciones fiscales de la antigua Carta se recortaban casi totalmente y su nuevo término municipal se reducía aproximadamente a la mitad. A pesar de ello no fracasó dado que Benidorm dispuso de un ordenamiento municipal propio y un sistema de regadío que permitió la viabilidad de la nueva villa y su continuidad hasta la actualidad. Fue preciso crear una nueva estructura de calles y casas ya que la creada por Bernat de Sarriá había desaparecido en el siglo anterior. 
Además si nos fijamos en los apellidos de 1646 y 1666 veremos que no concuerdan en absoluto con los medievales y son similares a los de la Vila Joiosa. Eso significa que desde el punto de vista demográfico el nuevo Benidorm del siglo XVII tampoco tuvo nada que ver con el medieval.

Por tanto, como decía al inicio de este artículo, la Carta Puebla de 1325 fracasó en sus objetivos por la escasez de agua, la escasez de habitantes y la incapacidad de defenderse. Esos inconvenientes ya no estaban el 8 de abril de 1666 porque Beatriz Fajardo de Mendoza creó el Reg Major de l'Alfàs y el municipio tenía veintitrés vecinos cuyos nombres se recogieron en la Carta Puebla. 
Esta segunda carta sí que cumplió sus objetivos y cuando fue anulada por la abolición del Régimen Señorial, el pueblo de Benidorm ya tenía una entidad jurídica y económica consolidada que le permitió convertirse en la actual ciudad turística. Por esto creo que no se tiene que dejar de recordar también esta segunda Carta Puebla. Sin ella Benidorm no existiría.



NOTAS:

[1] ORTS I BOSCH, P. M.: “La carta de poblament de Benidorm i l’almirall Bernat de Sarrià”, València 1976.
[2] ALEMANY FERRER, R. i altres: “Carta Puebla de Benidorm, Carta de Poblament de Benidorm”, Ajuntament de Benidorm i Universitat d’Alacant. Alcoi, 1988.
[3] SÁEZ SÁNCHEZ, Carlos: “La carta puebla de Benidorm”, “Signo: revista de historia de la cultura escrita” Nº 1, 1994, pàgs. 51-64. He utilitzado su texto para citas y traducciones por ser la transcripción del traslado de 1430. 
[4] ACA, Reg. 227, f. 204v-205r. Citado por GALIANA SORIANO, A.: “Documentació històrica i bibliografia de la Marina Baixa”, 2011, pàg. 221.
[5] ACA, Reg. 227, f. 154r-157r. Citado por GALIANA, pàg. 211.
[6] ACA, Reg. 222, f. 108r-110r;con fecha del 15-10-1322 transcrive el documento original del 17-7-1321.
[7] ALMIÑANA OROZCO, Pasqual: “Els topònims de Benidorm”, 2001, pàg.170-171.
[8] ACA, Reg. 149, f. 120v.
[9] ACA, reg. 381, f. 185v.
[10] ORTS I BOSCH, Pere M.: “El que pogué ser la consolidació de Benidorm en la primera mitat del segle XIII”, Revista Oficial Festes Major Patronals 1987.
[11] ARV, Mestre Racional, lib. 9585, f. 40v. La transcripción de Hinojosa parece más probable que la de Díaz.
[12]  Para las Torres de Serrano: AMV, SMV, d3-7, 1395-1396, ff. 10r-131, 135r-171, citado por ALMELA Y VIVES, 1959)
Para la catedral de Valencia: ACV, Libro de obras de la catedral, sign. 1478, 1428-1429, fol. 40v., 44r.
Para el Hospital: GÓMEZ-FERRER LOZANO, Mercedes: “Arquitectura y arquitectos en la Valencia del s. XVI. El Hospital General y sus artífices”. Tesis doctoral Universitat de València 1995, pàg.620.
[13] APARISI ROMERO, Frederic: “Hug de Cardona, III: Col·lecció diplomàtica (1407-1482)” Universitat de València, 2011, pàg. 1171
[14] APARISI ROMERO, Frederic: “Hug de Cardona, II: Col·lecció diplomàtica (1407-1482)” Universitat de València, 2011, pàg. 794.
[15] Hinojosa Montalvo, José: “Las rutas del Atlántico y del mar del Norte” en el llibre “La Corona de Aragón en el centro de su historia”. Zaragoza, año 2009,  pág 316.
[16]AGS, Guerra Antigua, leg. 0079, f. 104
[17] VIDAL BONAVILA, Judit: “L’aprofitament del mar en els segles XVI i XVII: estudi comparatiu de les almadraves de la corona d’Aragó”, tesis doctoral Universitat Rovira i Virgili, año 2015, pàg. 359.
[18]  Este aspecto y todo lo que sigue lo explico en mi libro “Corsarios norteafricanos en las baronías de Polop y Benidorm Ataques, despoblación y esclavitud (1325-1830)”. Incluye las referencias de las citas.